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La falta de neón y paladio por la invasión de Ucrania amenaza la cadena de suministro

El neón y el paladio son esenciales en la fabricación de chips. Escasean por la dependencia de Rusia y Ucrania.

El neón y el paladio son esenciales en la fabricación de chips. Escasean por la dependencia de Rusia y Ucrania.
Moody's prevé que la escasez de chips empeore. | Alamy

El sector de los semiconductores arrastra una crisis que parece no tener final. Desde la aparición de la pandemia, la oferta de estos componentes no pudo adaptarse a la incesante demanda provocada, en primer lugar, por la acelerada digitalización de la economía y, en segundo, por la fuerte recuperación del consumo después de los confinamientos.

Esta escasez hizo mella en sectores tan diversos como dispositivos de telefonía e informática, videoconsolas, electrodomésticos, automóviles o juguetes, entre otros, estrangulando las cadenas de suministro de múltiples productos y alimentando la inflación.

Como explicamos en Libre Mercado, todo hacía indicar que, ya a finales del 2021, lo peor había pasado. En ese momento, las listas de espera para conseguir circuitos integrados parecían frenar su crecimiento. Junto a ello, las inversiones en nuevas fábricas y el relajamiento de la recuperación económica apuntaban a una progresiva normalización del sector a lo largo del 2022.

Sin embargo, según datos de la consultora Susquehanna facilitados por Bloomberg, el tiempo de espera en la entrega de semiconductores ha retomado su ascenso en febrero, haciendo que este ascienda hasta las 26,2 semanas, el doble que a comienzos del 2020.

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Continúa aumentando la espera para conseguir microchips.

¿Cómo afecta la guerra en Ucrania?

Aunque los datos de tiempos de espera aún no recogen en gran medida la invasión ordenada por Putin en territorio ucraniano, el conflicto amenaza con prolongar aún más la crisis de los semiconductores.

Las principales causas que nos llevan a pensar esto llevan nombre de elemento químico: neón y paladio.

En el caso del paladio, se trata de un metal raro que se ha venido revalorizando en las últimas décadas, y que, tras el conflicto, se ha disparado hasta el entorno de los 3.000 euros por onza (31,1 gramos). Esto se debe a que Rusia es el mayor productor del mundo de este metal, con una cuota exportadora es del 24,3%, con lo que las sanciones al país anticipan cuellos de botella en su suministro. Entre otros usos, se trata de un elemento que se utiliza como contacto metálico que ayuda a interconectar las distintas capas de los microchips.

En cuanto al neón, es un gas fundamental en la producción de las máquinas litográficas que graban los patrones de los semiconductores. En este caso, Ucrania representa el 70% de las exportaciones del gas purificado, con Ingas y Cryoin como las principales empresas productoras, cuya actividad ha quedado paralizada con la guerra, confirma Reuters.

Por su parte, Moody’s Analytics ha alertado de que la combinación de escasez de paladio y neón puede afectar gravemente al sector: "Debido a que Rusia suministra más del 40% del abastecimiento mundial de paladio y Ucrania produce el 70% del suministro mundial de neón, podemos esperar que la escasez mundial de chips empeore si persiste el conflicto militar". La casa de análisis ha recordado que "durante la guerra de 2014-2015 en Ucrania, los precios del neón aumentaron varias veces, lo que indica cuán grave puede ser esto para la industria de los semiconductores".

Aún así, es preciso recalcar que muchas compañías han diversificado la obtención de gases como el neón tras la crisis de Crimea en 2014. Por ejemplo, el principal fabricante de máquinas litográficas, ASML, aclaró antes de la escalada bélica que su dependencia del neón proveniente de Ucrania solo suponía el 20% de su suministro y que además estaba en búsqueda de nuevos proveedores.

La automoción, víctima por partida doble

Uno de los sectores más afectados en los últimos meses por la escasez de microchips ha sido el de la fabricación de automóviles, cada vez más dependientes de elementos digitales y electrónicos. Este fenómeno ha contribuido a que la oferta de vehículos se haya visto resentida en un momento en que la oferta se había disparado tras los confinamientos, generando continuas paralizaciones en cadenas de montaje de las principales marcas, eternos retrasos en la entrega de unidades y precios al alza que han contagiado al mercado de segunda mano.

Ahora, el posible enquistamiento de la crisis de los microchips por la guerra en Ucrania dificulta aún más el futuro del sector. Pero eso no es todo, y es que, algunos de los materiales utilizados para la fabricación de semiconductores, como el propio neón y el paladio, también son intensamente utilizados para la fabricación de otros componentes del sector de la automoción. Por ejemplo, el paladio se emplea en los catalizadores que reducen las emisiones de los motores de combustión, mientras que el neón es utilizado para fabricar las celdas de las baterías en los vehículos eléctricos. A ellos se une, además, los problemas de suministro, tras la guerra en Ucrania, de otros muchos materiales como el aluminio, el acero, el níquel o el litio.

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