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Rusia vs Occidente: ¿quién está ganando la guerra económica?

Las sanciones de Occidente a Rusia están haciendo un daño enorme a su economía, pero Putin todavía se guarda un as en la manga.

Las sanciones de Occidente a Rusia están haciendo un daño enorme a su economía, pero Putin todavía se guarda un as en la manga.
Viandantes en Moscú delante del banco ruso Citi Bank. | Alamy

La guerra de Ucrania se está desarrollando en varios frentes. Crucial es, por supuesto, el aspecto militar, pero, la guerra no se circunscribe al aspecto meramente militar. Existe, por ejemplo, una batalla mediática y, también, una batalla económica.

En este artículo analizamos una de las batallas de la guerra económica que se está librando ahora mismo, en concreto, vamos a ver el posible impacto en forma de desabastecimientos que podría generar una imposibilidad de acceder a los bienes que exporta Rusia. Notorio es el caso del gas que tiene en vilo a la mayor parte de líderes europeos, pero hay otros muchos commodities que actualmente produce Rusia y que potencialmente podrían implicar importantes crecimientos de precios y posibles desabastecimientos.

Empecemos dimensionando a Rusia, y también a Ucrania y Bielorrusia, tanto el tamaño de su economía, como el tamaño de su comercio mundial.

¿Cómo de importantes económicamente son?

Rusia es la economía número 11 del mundo por volumen de PIB. Ucrania la número 55 y Bielorrusia la número 78. Comparativamente, la economía rusa es la única de cierta entidad entre los tres países. Como vamos a ver más adelante, eso no significa que las disrupciones económicas no puedan ser mayúsculas si algunos de los productos que produce Rusia, Ucrania o Bielorrusia dejan de llegar a los mercados internacionales.

La economía rusa es diminuta en comparación con la americana o la europea. El PIB ruso es el 1.7% del PIB mundial mientras que el PIB de Estados Unidos es un 24% del PIB mundial y la Unión Europea significa el 18% del PIB mundial. Si esto es una guerra económica, no parece que la lucha sea muy proporcionada.

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Además, estos datos serían indicativos de que la economía mundial no sufriría mucho incluso si el PIB de Rusia, Ucrania y Bielorrusia cayera en picado como resultado de las sanciones y la destrucción provocada por la guerra.

Pero quizá las cifras de comercio de estos países son mucho más importantes que sus cifras de PIB, veamos.

¿Cómo de importante es su comercio internacional?

Para conocer el dato de comercio, vamos a sumar las importaciones y las exportaciones de cada país y las vamos a comparar con el comercio mundial. El comercio mundial en 2021 es de algo menos de $44 billones, algo más de la mitad del PIB mundial. Por su parte el comercio de Rusia, Ucrania y Bielorrusia juntos apenas llega a $1 billón (2.2% del comercio mundial). Incluso si se bloqueara o desapareciera todo el comercio de estos tres países, la cuantía total de comercio mundial apenas se vería afectada.

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Como vemos en la gráfica, el comercio mundial de los países en guerra o vinculados a la guerra como Bielorrusia es tan poco importante, que parece que no debería preocuparnos demasiado su cuantía.

Pero sigamos nadando en los datos y desagreguemos el comercio de estos países por tipo de mercancía.

¿En qué productos puede existir desabastecimiento?

Vamos a analizar las exportaciones de Rusia, Ucrania y Bielorrusia por tipo de exportación. Estos tres países son relativamente poco diversificados en sus exportaciones, lo que significa que, a pesar de que su comercio sea relativamente bajo en comparación con el comercio mundial, algunos de los productos que exportan podrían tener un peso relativamente alto en el porcentaje de exportaciones mundial. Es decir, en algunas mercancías sí podríamos tener problemas de desabastecimiento o, al menos, de crecimiento desorbitado de precios.

Hemos seleccionado los productos que más exporta cada país en conflicto y lo hemos comparado con las exportaciones totales mundiales para ver donde es más probable que existan problemas. En la tabla están todos los productos cuya exportación conjunta (Rusia, Ucrania y Bielorrusia) supera el 5% de las exportaciones totales mundiales.

Tabla 1: exportación países en conflicto sobre exportación mundial (por producto)

Producto exportación

Total

(países conflicto)

Rusia

Ucrania

Bielorrusia

Aceite girasol

55.7%

18.3%

37.5%

0.0%

Trigo

25.8%

16.4%

9.4%

0.0%

Cromo

24.4%

24.3%

0.1%

0.0%

Fertilizantes

19.0%

13.8%

0.4%

4.9%

Uranio

17.2%

16.4%

0.8%

0.0%

Carbón

16.6%

16.3%

0.1%

0.2%

Maíz

16.1%

1.8%

14.3%

0.0%

Titanio

15.0%

13.7%

1.4%

0.0%

Níquel

15.0%

15.0%

0.0%

0.0%

Alquitrán

14.0%

13.2%

0.4%

0.5%

Petróleo crudo

10.6%

10.5%

0.0%

0.0%

Plomo

10.4%

10.4%

0.0%

0.0%

Madera

9.0%

7.0%

1.1%

1.0%

Petróleo refinado

8.7%

8.3%

0.0%

0.4%

Hierro y acero

8.0%

5.2%

2.5%

0.2%

Gas

7.8%

7.6%

0.1%

0.1%

Mineral hierro

7.6%

2.9%

1.8%

0.0%

Como vemos en la tabla, algunos productos que exportan los países inmersos en el conflicto tienen un peso mayúsculo en el mercado mundial. De forma bastante curiosa el gas ni siquiera es tan importante, aunque la mayor parte de prensa y analistas están centrándose en analizar este mercado. A pesar de ello, el impacto del gas puede ser enorme como vamos a ver más abajo.

Veamos ahora como han incrementado de precio los productos que exportan estos tres países desde que iniciara la guerra el 24 de febrero.

Incremento de precios

Algunos de los productos que exportan los países en conflicto se han disparado de precio, otros se dispararon y volvieron a bajar de precio, y un tercer grupo ni siquiera subieron de precio. Comparemos el incremento de precio hasta el día 5 de abril con el porcentaje de exportación de los países en conflicto.

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Como vemos en el gráfico, los commodities que exportan los países en conflicto se han disparado desde el inicio de la guerra. Como regla general parece que, a mayor porcentaje de exportación, mayor es el impacto en el precio. Sin embargo, esta regla parece contener importantes excepciones. Por ejemplo, en el caso del gas, sólo un 8% de exportación está causando incrementos desmedidos en el precio. Aunque no lo hemos incluido en el gráfico, entre Rusia, Ucrania y Bielorrusia, exportan el 9% de la madera mundial y su precio ha caído un 26.5% desde que iniciara la guerra.

Entonces, ¿por qué algunos precios crecen más rápido que otros y algunos incluso caen? La respuesta la encontramos en lo que los economistas llaman elasticidad de demanda y elasticidad de oferta.

La última pieza del puzzle

Cuando los economistas hablan de elasticidad, en realidad quieren decir sensibilidad ante cambios en el precio. Es decir, si sube mucho el precio, ¿puede la demanda o la oferta reaccionar?, ¿Qué quiere decir reaccionar? Veámoslo.

Que la demanda reaccione significa que, en caso de necesidad, puede dejar de consumir el producto. Para ver la elasticidad de la demanda hay que analizar la existencia de sustitutos del bien y la urgencia de la necesidad que cubre el bien. Si el bien no tiene sustitutos y la urgencia de la necesidad que cubre es máxima, podemos decir que la demanda está "atrapada" en ese producto. Por tanto, no importa demasiado si incrementan los precios, el producto se seguirá consumiendo (es decir, la demanda no puede reaccionar). Los economistas suelen poner el ejemplo de la insulina; para los diabéticos, consumir insulina es cosa de vida o muerte, por tanto, los diabéticos están "atrapados" en el consumo de insulina, aunque suba de precio. Esto es precisamente lo que pasa con el gas ruso en Europa, la demanda es muy inelástica, ya que el gas cubre necesidades muy acuciantes como calentar hogares y producir electricidad y no hay sustitutos, al menos a corto plazo, para ese gas.

Que la oferta reaccione significa que los oferentes tienen capacidad de incrementar la producción cuando el precio sube. Para analizar la elasticidad de la oferta es crucial conocer la capacidad ociosa en el sector, es decir, la capacidad productiva no utilizada que existe actualmente y, también, el ciclo de maduración de la inversión, esto es, conocer cuanto tarda una nueva instalación productiva en ponerse en marcha. Volvamos a analizar el ejemplo del gas en Europa. Europa podría producir cantidades ingentes de gas mediante fracking. Por la presión política que ejercen los ecologistas, el gas europeo no se está explotando (sólo se explota en UK y Noruega en cantidades importantes). Si Europa quisiera producir cantidades importantes de gas, podría hacerlo, pero son inversiones que dan fruto pasado un tiempo, por tanto, la capacidad de reacción de la oferta actualmente ante cambios en el precio es muy limitada. Además, el gas es muy complicado de transportar y se necesita también inversiones importantes para ello (tanto en origen para licuar el gas, como en destino para regasificarlo, como en barcos de transporte especiales). En definitiva, Europa está atrapada en el gas ruso, tanto por la demanda, como por la oferta.

Por tanto, hay algunos productos en los que la capacidad de reacción de la demanda y la oferta es muy limitada, todos esos productos son muy sensibles ante la caída de exportaciones derivadas de la guerra en Ucrania. Dentro de esa canasta de productos, está, sin duda, los commodities energéticos como carbón, petróleo o gas, que ya estaban muy tensionados antes de la guerra. También algunos commodities agrícolas como el trigo y el maíz o algunos metales como el níquel muestran poca elasticidad de la oferta y de la demanda. También existen otros productos, como la madera, que sí pueden ser sustituidos por otros productores en otras partes del mundo.

Por tanto, cuando se dice que Europa, o el mundo, es dependiente de algunos productos rusos, es completamente cierto, al menos a corto plazo. Y el corte en su suministro puede traer consecuencias bastante graves tanto de incremento de precios, como en problemas de abastecimiento.

Rusia vs Europa, ¿cómo va la guerra económica?

Ya que hemos enfocado el artículo en la guerra económica, ¿quién estará ganando esta guerra? Quizá es buena idea mencionar que en las guerras económicas pierde todo el mundo, sólo que algunos pierden más que otros. Entonces, ¿quién está perdiendo más en esta guerra económica?

Hasta el momento sólo poseemos algunos datos de actividad económica adelantados, en concreto los denominados PMIs. Este indicador no es más que una encuesta que se hace a los encargados de hacer compras en las empresas. La pregunta que se les hace es sencilla: "¿compró usted más o menos insumos este mes que el mes pasado?". La idea es que un incremento en las compras que hacen los gerentes de compras de las empresas anticipa expansión económica y una caída anticipa contracción económica. Estos datos suelen correlacionar muy bien con el PIB. El problema es que el PIB no lo sabemos hasta un mes después de que se acabe cada trimestre (a veces más tiempo), mientras que el dato de los PMIs los tenemos unos días después de que acabe cada mes (es decir, el PMI es un indicador adelantado de actividad económica y el PIB un indicador quizá más detallado, pero atrasado).

De esta manera, podemos comparar los datos de PMIs de Rusia con los de Europa y Estados Unidos y analizar, aunque sea preliminarmente, quien está siendo más perjudicado por la guerra económica que se está librando actualmente.

Los PMIs marcan expansión económica si su número es superior a 50 y contracción económica si su número es inferior a 50.

El PMI del sector servicios marca una profunda recesión a la vista en Rusia mientras que decrece ligeramente en la Eurozona en marzo (aunque todavía marca expansión económica en la Eurozona).

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Por su parte, el PMI de la manufactura marca también marca una contracción pronunciada para la economía rusa mientras que se mantiene prácticamente constante para la economía de la Eurozona en marzo.

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En conclusión, las sanciones de Occidente a Rusia están haciendo un daño enorme a la economía rusa a pesar de lo que muchas veces afirma la propaganda rusa; la supuesta solidez económica de Rusia no se vislumbra por ningún lugar.

Por su parte, Rusia todavía se guarda un as en la manga en esta particular guerra económica. Y es que algunos de los productos que exporta pueden poner en peligro la estabilidad económica del mundo y de Europa en el corto y medio plazo si es que se cortara de forma abrupta su exportación. De momento, sólo hay algunos problemas de abastecimiento de trigo y de algunos fertilizantes. Pero Rusia todavía podría ahogar la economía occidental, suicidándose probablemente en el camino, cortando el suministro de commodities energéticos y algunos metales como el níquel.

En definitiva, una guerra siempre es muy negativa para la economía, sólo que algunos tienden a sufrirla con más fuerza que otros, y parece que, en esta particular batalla, Rusia lleva las de perder.

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