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Imaginero, el cotizado oficio que da vida a santos y a vírgenes

Entramos en un taller madrileño donde son creadas las esculturas en madera policromada.

La Semana Santa ha vuelto con fuerza después de tres años de pandemia en los que por motivos obvios no se pudo celebrar esta fecha tan señalada en el calendario, algo que los más devotos seguidores (creyentes y no creyentes) de las maravillosas procesiones que desde hace siglos se llevan a cabo alrededor de la geografía española es una buena noticia.

En todas esas procesiones, durante una semana, se pueden admirar las llamadas imágenes procesionales, tallas esculpidas en madera policromada, que abundan en las iglesias y catedrales de España y que son mostradas por la calle durante esta semana tan especial.

Uno de los maestros escultores de este tipo de representaciones artísticas religiosas es Antonio José Martínez Rodríguez, imaginero autodidacta, andaluz de nacimiento y ahora afincado en la capital de España, con una intensa formación artística y religiosa en su haber, "desde pequeño tenía facilidad para trabajar con las manos y me vine a madrid con 20 años, entré en la escuela de arte y oficios y empecé hacer imágenes que se vendían", relata pocos minutos después de mostrar el interior de su pequeño estudio taller donde trabaja desde 2001 en pleno centro de Madrid, en el barrio de los Austrias.

Es en España donde más se ha desarrollado a lo largo de los siglos este tipo de escultura, desde donde posteriormente se extenderá a toda Hispanoamérica y Filipinas y actualmente está viviendo una segunda juventud, o así lo considera Antonio José, "la gente está muy equivocada respecto a este trabajo, porque la gente piensa que van a encontrar aquí un señor mayor y es todo lo contrario. Yo de hecho me considero de los mayores", asegura.

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Algunas piezas sueltas en el taller de Antonio. | David Alonso

En este arte escultórico tienen mucha importancia los pasos procesionales de Semana Santa y los retablos para las iglesias y catedrales, que cobrarán una importancia espectacular por su número, dimensiones y significación en el Barroco y para Antonio José "España es el único país que mantiene la imaginería tal y como se entiende, con la calidad de la imaginería española clásica, que no hay ni en Italia, ni en Alemania", cuenta orgulloso el artista. Tal es así que cada vez hay más "vocaciones" de imagineros aprendices en el oficio, sobre todo en Andalucía y también en Madrid y las dos Castillas y así lo confirma Antonio José: "se piensa que hay muy poco trabajo en esto y es todo lo contrario, hay mucho trabajo", cuenta. Un oficio artístico y muy vocacional que ha sobrevivido a lo largo de los siglos, a pesar de haber tenido altibajos y épocas malas.

¿Cuánto se tarda en realizar una pieza y cuál es su coste?

Antonio José explica que el proceso de creación y realización de una de estas tallas en madera policromada depende de cada artista "como lo que se hace se una pieza única, irrepetible, es posible tardar meses, dependiendo siempre de la complejidad de la imagen y de la calidad del artista. No es lo mismo hacer una Dolorosa que es una cabeza y unas manos que hacer un santo de talla completa", precisa el maestro. En cuanto al precio una cifra aproximada por pieza ronda entre los 10.000 a los 25.000 euros de un santo de talla completa, por ejemplo. Una recompensa que para algunos en el gremio está mal pagada dada la complejidad del trabajo y el tiempo de jornada a diario que se invierte para cada obra.

Según el artista para poder vivir de este trabajo harían falta de 5 a 10 años de trayectoria profesional, dependiendo del talento y el boca a boca de cada imaginero. Antonio José asegura que no es un oficio olvidado y "aunque se piense que es un arte pasado, al final yo tengo tres años de encargos ya cerrados, así que no será tan arte pasado, sigue habiendo clientela, a pesar de que este arte no se enseña en las universidades".

El caso de Hispanoamérica y Filipinas

El legado español en Sudamérica y Centroamérica es enorme y la imaginería española está muy presente en el continente aunque según explica Antonio José, "lo que pasa allí es curioso porque hay una tradición muy grande y no hay escultores. Hay muchas piezas que siguen igual que hace siglos cuando estaban allí los españoles", confirma.

Lo sorprendente es el caso de Filipinas. Un país que fue dominado por España durante siglos aún mantiene la tradición que hay de imaginería y de procesiones de Semana Santa, sobre todo las piezas que salen desde España compradas desde allí. "Cuando ves esta realidad del mundo te das cuenta de lo extendido que estaba el gusto español por el arte", afirma con cierto tono nostálgico Antonio José mientras continúa tallando la cabeza de un santo, su actual encargo cuyo destino son las Islas Canarias.

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