Ada Colau llegó al gobierno de la ciudad de Barcelona en 2015. Un año después, presentó un Plan de Vivienda que comprendía el desarrollo de 8.800 pisos a lo largo del periodo comprendido entre 2016 y 2025. Sin embargo, los resultados de esta apuesta se han quedado muy por debajo de los planes anunciados por la regidora comunista.
De momento, el periodo comprendido entre 2016 y 2021 se ha saldado con la construcción de 2.300 viviendas públicas. Esto significa que el ritmo de avance de la estrategia municipal no llega siquiera al umbral de 400 nuevos domicilios por año. Por tanto, las cifras de desarrollo de vivienda pública de Colau se sitúan un 50% por debajo de lo prometido al comienzo de su mandato.
Ante esta situación, el Ayuntamiento ha movido ficha y ha anunciado una sorprendente operación que ya está generando polémica: la compra de una finca de obra nueva ubicada en pleno barrio de Gracia y valorada en 4,9 millones de euros. En total, el inmueble incluye una decena de residencias que no se habían comercializado y que ahora pasan a ser de dominio municipal, a cambio de un desembolso medio que asciende a 450.000 euros por piso.
Los datos que maneja el consistorio apuntan que hay casi 700 familias apuntadas en la lista de espera para recibir un piso de emergencia social. Por tanto, el gobierno de Colau apenas aliviará la situación en un 1,4% tras proceder con esta discutida compra – y todo a pesar del enorme desembolso realizado.
No es la primera vez que el gobierno local de Barcelona enmascara el fiasco de su estrategia de vivienda a tirando de chequera y comprando viviendas ya existentes a precio de oro. El pasado verano, por ejemplo, Colau y su equipo cerraron la compra de un inmueble ubicado en la calle de Balmes, a cambio de un desembolso de 8,3 millones de euros equivalente a 360.000 euros por vivienda, a los que habría que sumar los gastos de reforma.
Por comparación, las viviendas públicas que sí ha desarrollado el consistorio han tenido un coste medio de entre 97.000 y 128.000 euros, como muestran los datos de las tres fases completadas en el Buen Pastor, donde se entregaron, respectivamente, 152, 190 y 167 viviendas. De modo que, con este tipo de operaciones de adquisición, Colau paga entre tres y cuatro veces más por cada nueva unidad incorporada al parque municipal de vivienda.