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Así ganará Japón a China la guerra de las tierras raras y la lección que podría sacar España

China ha usado y podría volver a usar las tierras raras contra Occidente. Japón aprendió la lección.

China ha usado y podría volver a usar las tierras raras contra Occidente. Japón aprendió la lección.
La pequeña isla de Minamitorisima, en Japón | Wikipedia

En 2010, un incidente marítimo en el Pacífico desembocó en una grave crisis en Japón. Dos guardacostas japonesas chocaron con un pesquero chino en unas aguas en disputa, cerca de las islas Diaouyu, y China reaccionó al arresto del capitán con la prohibición de las exportaciones de tierras raras. La consecuencia fue la parálisis de la industria automovilística nipona, uno de los muchos sectores tecnológicos donde estos minerales críticos son esenciales: Japón, como la inmensa mayoría de países del mundo, depende casi exclusivamente del suministro chino de estos materiales después de que el gigante asiático se hiciera con el monopolio gracias a una gigantesca mina próxima a Mongolia y una agresiva estrategia que hundió los precios e hizo inviables los proyectos mineros en otros países.

La represalia china valiéndose de su riqueza en tierras raras puso sobre aviso a Japón y a Occidente sobre la extrema vulnerabilidad de sus economías y su extraordinaria dependencia de la dictadura china. Varios países decidieron dar nuevo impulso a la búsqueda y explotación de estos minerales, como Estados Unidos. Japón decidió intentar dar la vuelta a la tortilla en búsqueda de una autosuficiencia energética que permitiera que su poderosa industria tecnológica no volviera a depender de los vaivenes de la potencia vecina. No buscó en tierra sino en el mar y el resultado, tras años de investigación, fue el hallazgo de un "tremendo" depósito de tierras raras en el lodo del fondo marino de la diminuta isla de Minamitorisima, en aguas jurisdiccionales japonesas en el extremo oriental del país. Según varios estudios, el suelo marino, donde se acumulan esqueletos de peces fosilizados que habrían acumulado durante años elementos como el itrio, el europio y el terbio, podría contener tierras raras suficientes para abastecer durante décadas la demanda mundial.

Tras constatar la existencia de un tesoro submarino que podría librarles de toda dependencia, el país intenta ahora poner a punto la tecnología que permitirá extraer estos minerales de los casi cinco mil metros de profundidad donde se encuentran. El Gobierno japonés puso en marcha un proyecto denominado "Desarrollo de tecnologías innovadoras para explotar recursos en el fondo marino" para idear herramientas que permitan la explotación de estos minerales mediante robots teledirigidos y bombeo del lodo, contó Nature. El reto, como en el resto de proyectos de minería submarina, es hacerlo económica y ambientalmente viable.

Otros pequeños países del Pacífico han puesto sus ojos en la minería submarina ante una demanda creciente de minerales críticos para la tecnología y la energía verde, pero la legislación, salvo excepciones como Noruega, sigue sin estar lista y la tecnología avanza pero aún no lo suficiente. En España, por el momento, los proyectos dedicados a los recursos de los fondos marinos se han limitado al "mapeo" de las zonas de interés: se han localizado posibles yacimientos en Galicia y, sobre todo, en Canarias, donde los montes submarinos albergarían un "tesoro" en tierras raras y otros metales críticos en las costras que los recubren.

Aunque el horizonte de su explotación sea aún muy lejano, hay proyectos que buscan seguir investigando el potencial minero en la península y en las islas, como explica el catedrático de Geología de la Universidad de Las Palmas José Mangas a LM, que cuenta que han pedido respaldo al Gobierno canario para investigar si los lodos también son ricos en estos elementos tras los minerales encontrados en los volcanes submarinos y en los yacimientos que existen en Fuerteventura y Gran Canaria.

Mangas, también investigador del grupo GEOGAR adscrito a la Universidad de Las Palmas, lleva años analizando el potencial en tierras raras de los montes submarinos y también la riqueza en tierras raras en la superficie. Calcula que les haría falta un millón y medio de euros para comprobar si además de las costras volcánicas, el lodo canario esconde también un "tesoro" en minerales críticos. Recuerda cómo en Japón la tecnología está a punto, y mediante una maquinaria similar a grandes "aspiradoras" van a poder recoger ese lodo para luego liberar las tierras raras mediante ácidos. Explica cómo desde 2010, los investigadores japoneses han hecho publicaciones cada año con sus hallazgos y cómo se espera que esos barros a "tres, cuatro, cinco mil metros de profundidad" puedan abastecer "hasta 2100" a la industria nipona. En Canarias, apunta, "la cantidad de sedimento es impresionante y aún no lo ha estudiado nadie". Recuerda, no obstante, que la investigación oceanográfica es muy cara y costaría mucho dinero abordar la investigación sobre el potencial de los suelos marinos.

En cuanto al futuro, Mangas no cree que lleguen a extraerse en un horizonte próximo estos minerales a no ser que la Unión Europea sufra algún día una situación similar a la de Japón, con la paralización de su industria por la falta de recursos, y fuerce a sus socios a explotar las zonas con "concentraciones interesantes" de tierras raras, que en las islas podrían estar entre un kilo y diez kilos por tonelada. Lo mismo apuntó a LM el profesor de Investigación del CSIC Ricardo Prego, uno de los mayores expertos de España en tierras raras, que señaló cómo en España faltan investigación, industria basada en las tierras raras y el interés estratégico que sí existe en otras potencias.

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