Con la escalada de precios de la energía día tras día en las portadas de la prensa alemana y la amenaza de un corte de suministro del gas ruso, que ya ha llegado a países como Finlandia, Polonia y Países Bajos, la presidenta de la patronal de las agencias de viaje ha lanzado una propuesta para que los jubilados alemanes ahorren calefacción el próximo invierno.
En una entrevista en el Mallorca Zeitung de la que se hizo eco ampliamente la prensa del país, Marija Linnhoff, presidenta de la VUSR que agrupa a las agencias alemanas, propuso que el Estado concediera un bono de 500 euros a cada jubilado para que se fuera de vacaciones a algún destino del sur de Europa. Entre los destinos que puso como ejemplo estaba, por supuesto, Mallorca, pero también Túnez o Turquía.
Entre los argumentos aducidos por Linnhoff está que el recientemente aprobado paquete de medidas para paliar la escalada de precios de la energía no incluye ayudas específicas a los pensionistas y sí a otros sectores, como familias con rentas bajas. También defendió la ocurrencia afirmando que beneficiaría al país de destino, afirmando que las Baleares aún no se han recuperado del golpe de la pandemia, y a Alemania, porque permitiría ahorrar gas para la industria en invierno. En su opinión, 50 días en un hotel de rango medio en Mallorca, con media pensión, pueden costar 1.300 euros en temporada baja, y una subvención permitiría cubrir buena parte de ese gasto.
La idea fue recibida con estupor, según la prensa alemana: desde la CDU señalaron que por mucho que se aprobara una costosa subvención gubernamental, entre el viaje y otros gastos no habría ahorro alguno para los jubilados; el SPD habló de "chifladura" inútil para afrontar los retos energéticos del país, que está intentando acelerar los planes para rebajar la dependencia energética de Rusia al tiempo que diseña un plan para racionar el gas en la industria si finalmente se cumplen las amenazas del Kremlin.