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Podemos insiste en su exigencia de acabar con los "pantanos franquistas" en plena sequía y crisis energética

Es un clásico de Podemos que en una situación como la actual convierte la medida directamente en delirante.

Es un clásico de Podemos que en una situación como la actual convierte la medida directamente en delirante.
La cúpula de Podemos en una imagen reciente. | Twitter

Porque "las razones siguen intactas". Así encabeza Podemos el programa con el que se presentó a las elecciones del 4M el pasado año y cuyo documento sigue vigente y se mantiene en la web del partido a fecha de hoy. Y allí se plasma su exigencia de acabar con "el viejo modelo franquista de pantanos y obras faraónicas que han hundido y obligado a abandonar tantos pueblos". La exigencia la mantiene el partido morado en plena sequía, con los pantanos por debajo del 40% de su capacidad y en medio de una brutal crisis energética donde la electricidad generada en base a los pantanos es más necesaria que nunca.

La idea de acabar con los "pantanos franquistas" es un clásico de Podemos. Pero mantener la petición en una situación como la actual convierte la medida directamente en delirante.
La explicación del partido de Ione Belarra e Irene Montero no es menos esotérica: "El viejo modelo franquista de pantanos y obras faraónicas que han hundido y obligado a abandonar tantos pueblos se sustituirá de forma definitiva por una nueva cultura del agua, con un gobierno eficiente y moderno del agua a partir de la gestión de su demanda, que resulta la única estrategia eficaz para mitigar episodios extremos y cada vez más frecuentes, como sequías y crecidas, al tiempo que sirve para construir un sector agropecuario puntero".

¿Y cómo se combate la sequía quitando los pantanos y bloqueando los trasvases de agua a territorios secos desde zonas con mayores recursos hídricos? ¿Y cómo se nutre de agua al sector agropecuario sin reservas de agua? Las preguntas no tienen respuesta en el documento de los morados. Pero por lo visto, eso es lo de menos. Porque, según su propuesta, lo importante para Podemos es que se trata de un "modelo franquista de pantanos". Y eso implica que debe ser borrado del mapa y, a poder ser, hasta de la memoria democrática.

Podemos ha declarado la guerra a los pantanos de toda la vida. Y lo ha hecho pese a que ese modelo de pantanos y embalses es utilizado para generar energía porque es una fuente de producción eléctrica absolutamente limpia y barata. De hecho, es absolutamente necesaria para garantizar el abastecimiento en una situación en la que el Gobierno de Pedro Sánchez ha declarado también la guerra a la energía nuclear y ha hecho saltar por los aires los tratados de amistad con Argelia -gracias a la entrega del Sáhara a Marruecos- provocando una fuerte reducción del gas llegado desde este país.

Los pantanos, para colmo, son la única batería a gran escala y precio asumible existente en el mercado eléctrico y en materia de energías renovables tal y como las definen los socialistas y comunistas. Y es que, aunque la energía nuclear ha sido ya declarada como verde por la UE, el Gobierno del PSOE y Podemos se niega a aceptarla como tal. Y, desde esa teoría, sólo los pantanos operan como verdaderos acumuladores de una potencial energía renovable. Porque, por mucho que se empeñen los comunistas y socialistas, no hay acumuladores efectivos de energía solar y eólica, sólo unas baterías que son capaces, en el momento actual, de acumular un 1,08% del consumo diario total de España, según los datos del propio PSOE de 2021.

Y, para que existan estos recursos hidrícos, efectivamente, los pantanos tienen que estar en algún sitio. Los pantanos virtuales o en el metaverso, no sirven. Y ese sitio, tiene que poder ser en la naturaleza. Si no, es complicado que puedan existir. Pero eso a Podemos no le gusta. Le parece antiecológico y antipueblos. Aunque con su medida condene a la falta de energía y el disparo aún mayor de su precio.

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