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El Gobierno lleva dos meses con su comparador del precio de la luz "en mantenimiento" con el recibo disparado

El comparador de tarifas prometido por el Gobierno se limita a un eterno cartel de "en mantenimiento" desde hace más de dos meses.

El comparador de tarifas prometido por el Gobierno se limita a un eterno cartel de "en mantenimiento" desde hace más de dos meses.
CNMC

Ni el recibo de la luz ha bajado, ni el tope al precio del gas prometido se ha hecho sin golpear aún más los bolsillos del consumidor, ni los mecanismos de incremento de competencia anunciados están disponibles. El real decreto que Pedro Sánchez vendió como el milagro energético de la excepción ibérica se ha convertido en una única excepción: a la ayuda a los contribuyentes en la contención de los precios. Una auténtica excepción a cualquier atisbo de utilidad. Ni siquiera el comparador público de tarifas prometido por el Gobierno está operativo. Un eterno cartel de "en mantenimiento" cuelga de la web desde hace más de dos meses como gran tributo a la eficacia de la "excepción ibérica".

"El Portal del Consumidor del Comparador de Ofertas de Energía se encuentra en mantenimiento para ofertas de electricidad y combinadas, para su adaptación al mecanismo de ajuste del Real Decreto-ley 10/2022. Disculpe las molestias".

Y, disculpado o no, lo cierto es que hasta el comparador público de tarifas muestra el misma grado de eficiencia de todo el resto del real decreto. Un comparador que por otra parte, tampoco es que fuese la panacea, básicamente porque existen comparadores privados. Pero eso sí, esta herramienta fue vendida por el Gobierno como el gran mecanismo en favor de la competencia porque era un comparador de precios público. Era suyo. Y como suyo, efectivamente, no funciona. El título del sistema sigue operativo: "Bienvenido al Portal del Consumidor del Comparador de Ofertas de Energía", señala la web.

Pero la bienvenida no sirve para nada. Sigue en mantenimiento para adaptarse al Real Decreto 10/2022 de 13 de mayo y operativo de forma plena desde el 15 de junio. De hecho, ese 15 de junio comenzó a aplicarse el mecanismo de ajuste temporal a los costes de producción en el mercado eléctrico, desarrollado en ese RDL 10/2022 de 13 de mayo. Dicho de otra manera, el mecanismo habitualmente conocido como "tope al precio del gas" para la generación de electricidad en las centrales de ciclo combinado. El propio tope se ha tornado en un sistema sin gran utilidad, a la vista de que, en realidad, es una subvención al gas utilizado en la producción de electricidad que la pagan en el propio recibo los consumidores de electricidad. Traducido: que con una mano se baja y con otra se sube.

Porque el milagro energético que vendió a bombo y platillo Pedro Sánchez es absolutamente deficitario desde el punto de vista técnico. Los expertos señalaron desde el primer momento que sólo sería eficaz aproximadamente el 15% del tiempo. El 85% restante, casualmente durante los momentos de máximo consumo, no tendría una capacidad real de evitar las subidas del recibo de la luz.

Y es que el 54,9% de las horas del año 2021, el precio del sistema lo marcó la energía hidráulica y no el gas natural. Y hay que recordar que el sistema de fijación de precios español es marginalista, es decir, que el último KW introducido —el de mayor coste— marca el precio de todos los KW servidos, aunque hayan sido más baratos en cuanto a costes de producción.

Y no se trata del único problema. El Gobierno no ha querido asumir contra los Presupuestos Generales del Estado el pago de la compensación a las empresas por tener que comprar gas natural a un precio y venderlo más barato para generar electricidad. De ese modo, ese precio de compensación o ajuste, como ya se ha visto, ha hecho que se dispare el pago real de la luz en el recibo. Porque se compra en el propio recibo de los consumidores.

Para colmo, esa compensación se dispara en los momentos de alto consumo eléctrico —los días de mayor frío y los de mayor calor, cuando más electricidad necesita la gente— porque, aunque el gas natural no marque el precio final de la electricidad, sí se consume mucho en las centrales de ciclo combinado para poder atender la demanda creciente. Y eso supone que el coste de compensación se dispara. Y todo ese coste pasa al recibo de la luz porque el Gobierno no ha querido asumirlo.

Para colmo, el consumo de Francia por medio de las interconexiones que le unen a España, se libra de pagar la compensación, que se reparte entre el resto de consumidores. Los españoles, claro. Con lo que los usuarios de la luz en España están subvencionado a sus vecinos franceses. Y, por si fuera poco, todo ello aumenta la carga fiscal de unos impuestos que crecen en proporción al coste de la luz, con lo que la subida, encima, se multiplica.

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