La UE sigue con sus planes de forzar a la población a reducir el consumo de energía, el uso de la calefacción, el de los coches, dejar de comer carne, ducharse menos, reutilizar la ropa vieja y hasta, como acaba de plasmar ahora, reformar las fechas de caducidad y consumo preferente para que se reduzca la comida que se "desperdicia". Traducido: que el plan europeo pasa por alterar las indicaciones en materia de consumo sobre alimentos que, en estos momentos, pueden caer dentro de las fechas de caducidad o consumo preferente. Bienvenidos al progreso.
El plan ha sido bautizado con el nombre de "Estrategia de la Granja a la Mesa". Y ya hay una declaración de la comiaria Stella Kyriakides, con motivo del Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, que detalla el plan. "Nuestro sistema alimentario está bajo una gran presión", ha asegurado la comisaria. Pero, "al mismo tiempo, nos enfrentamos a los efectos negativos del cambio climático, la degradación ambiental, las crisis económicas y los conflictos violentos, que ponen en peligro la seguridad alimentaria de millones de personas en todo el mundo", ha añadido.
Stella Kyriakides es una psicóloga y política chipriota que ocupa desde el año 2019 el puesto de comisaria europea de Salud y Seguridad Alimentaria en plena coordinación con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, también firme defensora de la Agenda 2030. "En este contexto, es inaceptable que el 20% de todos los alimentos que producimos en la UE se pierda o desperdicie", ha asegurado también Kyriakides. Y, por eso la Comisión Europea prepara ya medidas "más audaces contra las pérdidas y el desperdicio de alimentos", según palabras de la comisaria.
Esta cruzada para controlar qué, y cuánto se come no es nueva para la UE. Bruselas ha adoptado ya medidas para abordar lo que denomina como seguridad alimentaria mundial "a través de la cooperación internacional, apoyando el establecimiento de sistemas alimentarios sostenibles y resilientes, y a través de sus inversiones en países socios", como reconoce Bruselas.
El dictamen de las Comisión es el siguiente: "Si bien la disponibilidad de alimentos no está actualmente en juego en la UE, la asequibilidad de los alimentos se está convirtiendo en una preocupación creciente para muchos hogares". Los datos europeos afirman que, en la actualidad, "más de 36 millones de personas en la UE no pueden permitirse una comida saludable cada dos días. Si queremos lograr un sistema alimentario sostenible y mejorar la seguridad alimentaria, debemos aprovechar al máximo nuestros alimentos y los recursos que se utilizan para producirlos". Una conclusión llamativa porque, mientras, la UE restringe bancos de pesca, reduce zonas agrícolas, entorpece las granjas animales y encarece con requisitos ecologistas las actividades y explotaciones agropecuarias.
"La estrategia de la granja a la mesa de la UE nos da una dirección clara para eliminar las pérdidas y el desperdicio de alimentos de nuestro sistema alimentario", defiende ahora Kyriakides. Y añade: "Ahora estamos en el proceso de preparar la primera legislación de la UE para establecer objetivos vinculantes de reducción del desperdicio de alimentos". Y, con esto, "intensificaremos las acciones de prevención del desperdicio de alimentos sobre el terreno y aumentaremos la contribución de la UE al objetivo global de reducir a la mitad el desperdicio de alimentos para 2030".
Pero algunos de los cambios más llamativos que se preparan son los siguientes: "También propondremos, antes de fin de año, nuevas reglas sobre el marcado de la fecha para ayudar a los consumidores y evitar el desperdicio innecesario de alimentos relacionado con la mala interpretación de las fechas de caducidad y consumo preferente". Es más, la UE "también continuará integrando la prevención de la pérdida y el desperdicio de alimentos en otras políticas de la UE y ampliando la acción en toda la UE, movilizando a los Estados miembros, las empresas alimentarias y la sociedad civil, en particular a través del trabajo de la Plataforma de la UE sobre las pérdidas y el desperdicio de alimentos".