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Las diferencias entre comprarse un coche de combustión y uno eléctrico son bastante importantes para el bolsillo de los ciudadanos.

Bruselas quiere que los conductores se gasten 13.000 euros más en un coche o... que vayan andando

Las diferencias entre comprarse un coche de combustión y uno eléctrico son bastante importantes para el bolsillo de los ciudadanos.

La Unión Europea ha firmado la sentencia de muerte de la industria de la automoción. Ya le ha puesto fecha oficial al fin de la venta de los coches de combustión: 2035. Según el acuerdo provisional al que han llegado los burócratas europeos, dentro de 12 años, quedará prohibido vender en Europa coches nuevos gasolina o diésel.

En teoría, los conductores podrán seguir utilizando los coches de combustión que compren antes de 2035. Eso sí, a los osados que se atrevan a seguir manteniendo su coche diésel o gasolina les van a machacar con todo tipo de impuestos sobre circulación o matriculación, sobre el combustible, con restricciones de entrada o circulación en las ciudades…. Es decir, les van a hacer la vida imposible. En España, los planes del Gobierno de Pedro Sánchez, van en esa dirección.

¿Y qué pasa con los que quieran claudicar con las ideas de la Unión Europea? Pues que más les vale preparar sus bolsillos porque las diferencias entre comprarse un coche de combustión y uno eléctrico son terribles. En Libre Mercado hemos recopilado algunos ejemplos:

  • Peugeot 208: si tiene que ser eléctrico en lugar de gasolina va a tener que preparar 13.000 euros más.
  • Citroen C4: si quiere llevar a su familia en un eléctrico como le gusta a la Unión Europea, busque más de 14.000 euros extra.
  • BMW X3: la diferencia entre la versión de gasolina y la eléctrica son 20.000 euros.

Así, los ricos se podrán permitir nuevos coches y a los pobres ya les puede durar mucho su coche viejo...

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