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José María Rotellar

El mercado laboral: la fantasía del Gobierno de Sánchez frente a la realidad

Queda claramente reflejado el artificio contable del Gobierno para tratar de suavizar los datos de paro registrado, cuyo descenso se debe al cambio de legislación.

Queda claramente reflejado el artificio contable del Gobierno para tratar de suavizar los datos de paro registrado, cuyo descenso se debe al cambio de legislación.
La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz | EFE

El Gobierno presume de un robusto mercado laboral, basándose en las cifras de afiliación a la Seguridad Social y en las de paro registrado, pero la realidad, desgraciadamente, no es la que el Ejecutivo dibuja, sino otra bien diferente, como podemos analizar detalladamente a continuación:

El Gobierno introdujo en su contrarreforma laboral el fin de los contratos temporales para casi todos los casos, obligando a llevar a cabo su transformación en contratos indefinidos fijos-discontinuos o e indefinidos ordinarios. Con ello, trataba de conseguir por un mero artificio legal que la mayoría de los nuevos contratos fuesen indefinidos, para tratar de vender que su reforma laboral aportaba estabilidad.

Sin embargo, la realidad es bien distinta, pues el incremento de contratos indefinidos que se produce es, en su mayoría, o a tiempo parcial, o los mencionados fijos-discontinuos o indefinidos ordinarios en los que muchos de ellos no superan el período de prueba, es decir, que se convierten de facto en temporales.

De hecho, de todos los indefinidos del mes (697.335), 173.742 son a tiempo parcial y 259.834 son fijos discontinuos. Y de ese total de indefinidos, muchos no superarán el período de prueba y muchos otros son fruto de la firma por una misma persona de varios contratos indefinidos al mes, al ser contratada y despedida una misma persona para adecuar su contrato a lo que realmente es un contrato temporal anterior a la reforma.

Así, en muchos casos, las empresas no realizan contratos indefinidos fijos-discontinuos a los que antes tenían un contrato temporal, sino que los contratan con un contrato indefinido normal y los despiden cuando finaliza su trabajo. Eso hace que, como se decía anteriormente, haya muchas personas que lleguen a firmar varios contratos indefinidos en un único mes, elemento que eleva también artificialmente el número de contratos indefinidos, unido a todos los que opten por la conversión de los contratos parciales en indefinidos fijos discontinuos.

El incremento de 230.668 contratos indefinidos fijos discontinuos en tasa interanual supone una subida del 790,88%, que refleja esa idea del artificio que supone la conversión de contratos temporales en fijos-discontinuos, no respondiendo a la evolución de la actividad económica real.

Es más, al analizar el acumulado del año, entre enero y octubre se han creado 1.928.703 contratos indefinidos fijos-discontinuos, que supone un incremento de 1.716.532 contratos sobre el mismo período del año anterior.

Hay un artificio de más de un millón y medio de este tipo de contratos acumulado en el año.

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¿Por qué este cambio? Por dos razones:

  • Para generar el mencionado falso artificio de incremento de contratos indefinidos.
  • Para evitar un incremento de las cifras del paro cuando las personas que tenían antes contratos temporales cesasen su actividad.

La EPA sí los considera parados

Este último punto, maquilla las cifras del paro registrado. Antes, al cesar la actividad los contratados temporales, es decir, cuando finalizaba su contrato temporal, iban al paro. Ahora, no. Los fijos-discontinuos, por Orden Ministerial de 1985 quedan excluidos del paro registrado, a diferencia de la metodología que sigue el INE para la EPA, ajustada a la metodología de la Organización Internacional del Trabajo, que sí que considera a los fijos-discontinuos como parados.

No es que se haya modificado ahora la exclusión de las cifras de paro registrado de los fijos-discontinuos, sino que antes en esa tipología de contrato se encontraban los trabajadores que, efectivamente, por sus características laborales tenían esa naturaleza de contrato. Ahora, al incluir ahí a los antiguos temporales, les dan el mismo tratamiento, obteniendo como resultado la exclusión de decenas de miles de personas del paro.

Eso se refleja, por ejemplo, en los datos de octubre de los demandantes de empleo ocupados, donde encuadran a los fijos-discontinuos. En octubre, cuando concluye la contratación por la temporada turística, el número de demandantes de empleo ocupados se incrementó en 123.463 personas, que, en gran parte, se ha de corresponder con el cese de actividad de los antiguos temporales, hoy insertados artificialmente en los fijos-discontinuos.

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Es decir, puede haber un enmascaramiento de parados en toda esa cifra, de manera que si los datos oficiales de paro registrado cifraron un descenso del paro en octubre en 27.027 personas, si no se hubiesen transformado artificialmente los contratos temporales en fijos-discontinuos, el paro registrado podría haber aumentado en octubre hasta en 96.436 personas si todos los nuevos demandantes de empleo ocupados procediesen de los fijos-discontinuos que pasan a inactividad, como parece que sucede de lo que se desprende al observar los datos.

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De hecho, si comparamos la evolución de los demandantes de empleo ocupados entre septiembre y octubre de 2021, con la legislación antigua, los demandantes de empleo ocupados bajan en 110.509 personas. Ahora, con la nueva legislación entre septiembre y octubre de 2022 los demandantes de empleo ocupados se incrementan en 123.463 personas. Clarísimamente, se está produciendo una distorsión estadística artificial.

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Seguridad Social

En la afiliación a la Seguridad Social no hay artificio, porque los afiliados a la Seguridad Social son excluidos como afiliados en alta cuando pasan a los períodos de inactividad, es decir, causan baja en el cómputo de la serie de afiliados a la Seguridad Social. Por tanto, el artificio se encuentra, por tanto, en el paro registrado.

No obstante, la afiliación a la Seguridad Social nos permite comprobar cómo la nueva legislación incrementa las bajas por pase a inactividad de fijos-discontinuos, que corrobora el cambio artificial de temporales a indefinidos fijos-discontinuos.

Las estadísticas desagregadas disponibles llegan hasta septiembre, de manera que no se puede ver el incremento de bajas por el pase a inactividad de los fijos-discontinuos en octubre, dato todavía no disponible, pero sí que deja ver la rápida tendencia de incremento de este tipo de bajas con la nueva legislación, que deja al descubierto la transformación artificial de los temporales en fijos-discontinuos.

Así, desde abril de este año (la contrarreforma laboral entró en vigor el 31-3-2022) se produce un incremento exponencial de las bajas de afiliación a la Seguridad Social por pase a inactividad de los fijos-discontinuos, que deja al descubierto el artificio de la transformación de los antiguos temporales en fijos-discontinuos:

Si en abril de 2021 había 31.661 bajas acumuladas por pase a inactividad de fijos-discontinuos, con un incremento de 3.517 personas respecto al mes anterior, en abril de 2022 había 150.774 personas en esa situación, con un aumento de 69.563 personas respecto al mes previo.

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Si analizamos la evolución entre enero de 2021 y junio de 2021 y entre enero de 2022 y junio de 2022, observamos cómo las bajas acumuladas por el pase a inactividad de fijos discontinuos se incrementan en 150.824 personas y en 364.332 personas, respectivamente, que deja ver también la existencia del artificio legal que ahora opera, aumentando el dato de 2022 que muestra el incremento de bajas de fijos-discontinuos que antes eran, realmente, bajas de temporales.

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En la evolución de 2021 y 2022, se observa cómo van aumentando y disminuyendo las bajas por pase a inactividad de fijos-discontinuos según el momento estacional del año, con descenso en verano y aumento tras la temporada estival de manera mucho más acusada en 2022 que en 2021, que muestra la diferencia entre lo que realmente eran los fijos-discontinuos reales y los que los integran ahora artificialmente.

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El artificio de este cambio queda también reflejado en las bajas acumuladas por finalización de contrato temporal. En septiembre de 2021 había 1.391.625 bajas acumuladas por finalización de contratos temporales. En septiembre de 2022, esa cifra se reduce a 971.415 personas, es decir, 420.000 personas menos, que refleja la disminución de este tipo de contratos, que cuadra, en su mayor parte, con el incremento de bajas por pase a inactividad de fijos-discontinuos, que refleja el cambio de tipo de contrato de manera artificial.

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Fuente: Ministerio de Seguridad Social

Adicionalmente, como se reflejaba antes, aumentan mucho las bajas de contratos indefinidos que no superan el período de prueba, que señalaría la fórmula alternativa que pueden emplear las empresas con los antiguos contratos temporales que se han visto obligadas a transformar en indefinidos, prescindiendo de ellos en el período de prueba para no tener que articular un contrato fijo-discontinuo. Frente a las 7.231 bajas por este motivo en septiembre de 2021, en septiembre de 2022 se producen 58.119 bajas, que pone de manifiesto cómo parte de los antiguos temporales son contratados con un contrato indefinido y despedidos por no superar el período de prueba, ante la imposibilidad de firmar un contrato temporal.

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De esta manera, entre la transformación en fijos-discontinuos, por una parte, y la transformación en indefinidos, por otra, con no superación de período de prueba, se engloban muchos de los antiguos temporales, engordando, además, la cifra de contratos indefinidos por ello y por la firma de varios contratos indefinidos cada mes por una misma persona.

Así, queda claramente reflejado el artificio contable del Gobierno para tratar de suavizar los datos de paro registrado, cuyo descenso o contención al alza se debe al cambio de legislación.

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