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La mejor receta contra la corrupción es reducir el peso y el poder del Estado

Cruzamos los datos del Índice de Percepción de la Corrupción con los resultados del Índice de Libertad Económica podemos ver una correlación.

Cruzamos los datos del Índice de Percepción de la Corrupción con los resultados del Índice de Libertad Económica podemos ver una correlación.
Cordon Press

El Parlamento de la UE se ha visto sacudido por un escándalo de corrupción. En los próximos días se hablará mucho de este episodio en concreto, pero nadie se detendrá a pensar en lo único que puede reducir de forma estructural este tipo de problemas. Y es que, si de verdad queremos menos corrupción, entonces debemos reducir el poder que tienen los políticos.

La relación entre el dinero y el poder político puede ser un verdadero problema en países donde la riqueza no depende principalmente de la producción empresarial, sino del grado de influencia y acceso a las palancas del poder que tienen unos y otros. Cuanto más poder tiene el Estado, más probable es que veamos un auge en el cabildeo y la corrupción. Los países con gobiernos demasiado poderosos tienden a ser también países con una corrupción desenfrenada.

Rusia, por ejemplo, ocupa el lugar 136 de 180 en el Índice de Percepción de la Corrupción que elabora Transparencia Internacional. En el Índice de Libertad Económica de la Fundación Heritage y el Instituto de Estudios Económicos, Rusia aparece en un distante puesto 113 sobre un total de 177 países. Una y otra circunstancia están relacionadas: es lógico que haya más corrupción si la economía no está liberalizada y los lazos entre lo público y lo privado son tan estrechos que lo primero determina el éxito en lo segundo.

Mucha gente intenta asociar el capitalismo con la corrupción. Pero, como escribió el economista Alan H. Meltzer, "delitos como el soborno pueden ser públicos o privados y son comunes en muchas naciones. De lo que no hay duda es de que estos delitos son menos habituales allí donde los políticos y los funcionarios tienen menos poder y autoridad".

La opinión de que la corrupción prevalece particularmente en los países capitalistas ha sido cultivada de forma interesada por la izquierda, pero si cruzamos los datos del Índice de Percepción de la Corrupción con los resultados del Índice de Libertad Económica, podemos ver que los países con una mayor apertura al capitalismo tienen también una menor incidencia de la corrupción.

Los diez países que tienen menos corrupción según el documento que elabora Transparencia Internacional figuran, sin excepción, en las dos categorías más altas del Índice de Libertad Económica, de modo que hablamos de economías con un nivel "muy alto" o "alto" de apertura al mercado. Singapur, Dinamarca, Finlandia, Nueva Zelanda, Suiza y los Países Bajos figuran en el "top diez" de ambos estudios. Por el contrario, los países que se encuentran entre los diez últimos del Índice de Percepción de la Corrupción también tienen sistemas económicos intervenidos, caso de Venezuela y Corea del Norte, que aparecen a la cola en estos dos trabajos.

Cuanto más intervenga el estado en la vida económica, mayores serán las oportunidades de sobornar a los funcionarios y a los responsables del gobierno. Para tener unas instituciones públicas limpias de corrupción, deberíamos abogar por un Estado más pequeño, no por un modelo económico basado en seguir delegando autoridad en lo público.

Recientemente visité Georgia, un país donde la corrupción solía ser endémica. Allí conocí al economista Profesor Gia Jandieri, una figura clave en la lucha contra este tipo de malas prácticas. Entre las medidas que se tomaron hubo algunas disciplinarias (más de 35.000 policías corruptos fueron despedidos) pero, sobre todo, "se insistió en eliminar muchas normas y regulaciones superfluas". Georgia pasó del número 133 al puesto 45 en el Índice de Percepción de la Corrupción.

¿Qué lecciones puede aprender la UE de esto? Bueno, la UE regula cada vez más áreas de la vida. Como resultado, la UE también abre más y más puertas a grupos de presión de intereses especiales e incluso a la corrupción. No sería sorprendente que la corrupción descubierta hasta ahora sea solo la punta del iceberg. Como hemos visto en otros lugares, menos trámites burocráticos, un gobierno más pequeño y menos poder en manos de los políticos podrían ser algunas de las medidas más efectivas para que la UE implemente en su lucha contra la corrupción.

Rainer Zitelmann aborda este tema en profundidad en su nuevo libro En defensa del capitalismo (Unión Editorial, 2023).

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