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Brasil, Argentina y Venezuela quieren una moneda única para América Latina

La moneda sur solo se utilizará para el comercio exterior y cada país mantendrá su política monetaria y su propia divisa.

La moneda sur solo se utilizará para el comercio exterior y cada país mantendrá su política monetaria y su propia divisa.
Los presidentes de Brasil y Argentina, Lula da Silva y Alberto Fernández | Cordon Press

Brasil y Argentina han anunciado su intención de crear una moneda única para ambos países, el sur. Ambos países han extendido la invitación al resto de países latinoamericanos y la dictadura venezolana de Nicolás Maduro ya ha confirmado que se sube al carro de la divisa única. Sin embargo, las probabilidades de dejar el sur en el mismo cajón de la historia que el fallido sucre de Hugo Chávez son muchas.

Durante la campaña electoral, el actual presidente de Brasil, Lula da Silva, prometió crear "una moneda común para América Latina, porque no debemos depender del dólar". La promesa de Lula para llegar al Palacio de la Alvorada acabó en una declaración conjunta entre su país y Argentina para anunciar el inicio del proceso para la creación de la divisa sur. Además, invitaron al resto de naciones de América Latina a sumarse al proyecto.

Este miércoles, el dictador venezolano Nicolás Maduro ha hecho un llamamiento para avanzar en la creación de un sistema financiero común: "América Latina y el Caribe tienen que tener un bloque de integración económica y un sistema monetario con una moneda latinoamericana y caribeña".

Con el telón político chavista-comunista de fondo, Maduro ve en el sur el "gran logro para la paz" y el desarrollo de América Latina. "Nos mostraríamos ante el mundo unidos. Con un sistema monetario, con una moneda, con economías integradas. ¿Se dan cuenta de que es el camino?", ha aseverado el dictador venezolano durante su intervención, poniendo como referente a la Unión Europea.

Los obstáculos: inflación, comercio e ideología

Sin embargo, el proyecto del ‘sur’ dista mucho de parecerse al euro. En primer lugar, tanto Argentina como Brasil ya han dejado claro que esta moneda coexistirá con sus propias divisas nacionales. Es decir, se trataría de una moneda utilizada únicamente para el comercio internacional porque ni Lula ni Alberto Fernández están dispuesto a renunciar al control de su propia política monetaria.

Una moneda única obligaría a unificar las estrategias monetarias, que actualmente son sumamente dispares. Argentina o Venezuela no dudan en endeudarse y devaluar su moneda. El peso argentino se depreció por 41,14% entre el 31 de diciembre de 2021 y el 22 de diciembre del 2022 a pesar del cepo cambiario que rige en el país, según datos de Bloomberg Línea. El bolívar venezolano se desvalorizó 71,3% durante 2022, según datos del Banco Central.

Las tasas de inflación también son sumamente dispares: La tasa de variación anual del IPC en Venezuela en octubre de 2022 (último dato conocido) ha sido del 155,8%, la tasa de variación anual del índice general de precios en Argentina en diciembre ha sido del 94,8%, mientras que Brasil ha registrado casi un 6%.

Otro de los motivos para dudar del éxito del euro latinoamericano es el comercio intrarregional, que actualmente supone un 33,5% del total, según el último informe de noviembre de 2022 del Banco Interamericano de Desarrollo. En la UE, esa cifra llega hasta el 59%.

A falta de que se concreten los detalles del proyecto, la moneda sur tiene evidentes similitudes ideológicas con el sucre, la moneda ideada en 2009 por Hugo Chávez, Evo Morales, Raúl Castro y Daniel Ortega entre otros. La idea de "unificar" expresada este miércoles por Nicolás Maduro, obviamente no se refiere exclusivamente a la parte económica, sino también al vínculo comunista, racial, indigenista y ecologista bajo el que quieren sumir a toda América Latina.

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