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La adjudicataria de los trenes cántabros advirtió de la chapuza en marzo de 2021

CAF se llevó el contrato en 2020 por 258 millones para la construcción de 31 trenes que ahora no entran en los túneles de Cantabria.

CAF se llevó el contrato en 2020 por 258 millones para la construcción de 31 trenes que ahora no entran en los túneles de Cantabria.
La ministra de Transportes, Raquel Sánchez, en la localidad Castro Urdiales. | EFE

La historia se remonta hasta el verano de 2020 cuando la compañía Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF) se hacía con el contrato de Transportes para la fabricación de 31 trenes "de ancho métrico" por 258 millones de euros.

En aquel momento el ministro de Transportes era José Luis Ábalos, y Adif y Renfe dependían de él. CAF es una compañía capitaneada por Javier Martínez Ojinaga como CEO y primer ejecutivo, y bajo la presidencia de Andrés Arizkorreta, que facturó 2000 millones en 2021. Participada en un 1,24% por el Gobierno vasco, esta compañía es una de las empresas que como SAPA, operan bajo el paraguas del PNV. Es más, la que fuera vicelehendakari y consejera de Economía y Hacienda del Gobierno vasco, Idoia Zenarruzabeitia, es hoy consejera de CAF.

La primera discrepancia de la que se tiene conocimiento llega pocos meses después de la adjudicación del contrato, en marzo de 2021, cuando CAF detecta las discrepancias entre las características del encargo y las dimensiones de la ruta por la que tenían que circular esos trenes.

En marzo de 2021 CAF avisó del problema y convocó una reunión a la que asistieron distintos altos cargos, según cuenta el diario El Mundo. En esta reunión, según esta información, se llamó la atención a la administradora de la infraestructura ferroviaria, Adif, aunque se la terminó exculpando. Sin embargo, se hizo responsable del error a Renfe.

En aquel momento se dejó constancia de la petición a Adif de que sea "más claro con los datos de los gálibos reales de sus infraestructuras" y no "los teóricos o deseables para actuaciones futuras". Sin embargo señaló a Renfe como responsable de "demostrar la compatibilidad de su tren con las rutas concretas por las que se pretende operar, ya que a pesar del que el vehículo disponga de una autorización podría no ser compatible con alguna característica concreta o puntal de las líneas en las que va a operar".

Esto quedó patente unos meses más tarde en el documento evacuado por la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria AESF, en septiembre de 2021 donde quedaba patente la identificación del problema. Además, se avanzaban posibles soluciones. Esta de septiembre ya fue un acta de una reunión en la que se abordaba específicamente "la problemática de los gálibos", detectados en marzo.

¿Y qué sucedió entre marzo y septiembre? Que Ábalos fue cesado del Ministerio de Transportes y del Gobierno y llegó en su lugar Raquel Sánchez.

El escándalo del despilfarro de 258 millones en trenes que no caben por los túneles de las rutas para las que se han diseñado se ha saldado finalmente con el despido de cuadros intermedios de Renfe y Adif .

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