Pedro Sánchez sigue sin dar explicaciones del motivo que le ha llevado a entregar el control del Sáhara a Marruecos. Sigue sin aclarar qué había en su móvil hackeado con el sistema Pegasus y, según las propias filtraciones del Gobierno, por orden de Rabat. Sigue sin explicar las relaciones y vinculaciones de su mujer, Begoña Gómez, con empresarios marroquíes tras los pactos alcanzados por el Africa Center bajo su etapa de dirección general de esa entidad y con Sánchez ya en la Moncloa. Y, mientras, no dejan de aparecer muestras de la pleitesía de Sánchez frente a Mohamed VI.
La última afecta al muy preciado gas natural. Los enfrentamientos de Argelia con Marruecos y la crispación entre la propia España y Argelia han llevado a que la principal vía de entrada de gas con la que contaba España haya dejado de traer a nuestra economía gas natural por volumen de 6.057 GWh/mes.
Se trata del gasoducto de Tarifa, el que recorre el Magreb para provisionar -antes- gas procedente de Argelia. Ese tubo ahora no incorpora gas a la economía nacional sino todo lo contrario. Lo saca: con destino a Marruecos y por volumen de 536 GWh/mes.
Los datos aparecen reflejados en la recopilación oficial de información realizada por el gestor técnico del gas en España hasta el pasado mes de enero. Ahí se puede comprobar el volumen de importación de gas natural logrado por España en el mes de enero de 2021 haciendo uso del gasoducto de Tarifa —el que cruza el Magreb para importar gas argelino—: 6.057 GWh/mes. Se puede ver el volumen logrado tras pasar un año (enero de 2022: 0 GWh/mes. Y la situación del mismo gasoducto tras un año más (el recién pasado enero de 2023): 536 GWh/mes, pero no de importación, sino de exportación de gas con destino a Marruecos. Y es que España ha invertido la dirección habitual de ese tubo para poder, no traer de, sino llevar gas a Marruecos, algo que le ha costado a España el enésimo motivo de choque con Argelia, enemigo natural de Marruecos y radicalmente contrario a la postura de Pedro Sánchez de haber entregado el control del Sáhara a Rabat.
No se trata del único dato que llama la atención en esa memoria oficial sobre el flujo de gas natural. El día 24 de febrero se cumple un año del inicio de la invasión de Ucrania por Rusia. Las instituciones occidentales no han dejado de pedir a los países que dejen de comprar carburantes rusos porque suponen, simple y llanamente, una vía privilegiada de financiación del ataque de Putin. Y la respuesta de Pedro Sánchez, justo cuando se cumple ese triste aniversario, ha sido permitir la compra por España de tres veces el gas que se compraba antes del comienzo de la invasión.
Los últimos datos oficiales revelan que España ha pasado de comprar 2.178 GWh en el mes de enero de 2022 –último dato mensual previo al ataque de Putin– a adquirir 6.372 GWh. Es decir, literalmente bajo mandato de Pedro Sánchez y en plena guerra, España ha triplicado la compra de la principal vía de financiación de la guerra de Putin.
Pero, además, esa cifra es llamativa. Más de 6.000 GWh, es decir, un volumen muy parecido al que España ha perdido procedente de Argelia. Dicho de otro modo, que la política exterior desarrollada por Sánchez ha llevado a sustituir gas argelino por un volumen similar de gas ruso en plena invasión de Ucrania.
Para colmo, el auge de estas transacciones del gas controlado por Putin ha llegado a tal punto que, por ejemplo durante el pasado mes de diciembre, Rusia se situó en el grupo de los tres máximos proveedores de gas natural de España y en práctica igualdad con Estados Unidos y Argelia.