El Gobierno sigue empeñado en mantener el "problema" de la vivienda en España en la agenda informativa del día. Sin embargo, lo que llama la atención es que el problema ha sido agravado precisamente por su intención de intervenir ese mercado.
Desde que Sánchez gobierna, la oferta de vivienda en alquiler ha disminuido cerca de un 30% (un 28%). Esto es un enorme desplome, que ha venido acompañado por una demanda creciente de esta modalidad inmobiliaria.
La falta de seguridad jurídica ha sido una de las claves. También la intervención de precios. Sólo el último año, en el que ha estado vigente el límite aa la actualización de lasa rentas del alquiler al 2%, es decir la incapacidad de los propietarios de poder actualizar el alquiler que cobran a sus inquilinos, por ejemplo, con la inflación, ha hecho que se retire el 23% de la oferta.
Finalmente, la nueva ley de vivienda protege, todavía más a los ocupas y a los inquiocupas, desincentivando la oferta de alquiler. Si la oferta se restringe y la demanda aumenta el efecto es claro: se dispara el precio de los alquileres. En el último año un 14,5%.
Esto se ha traducido en una capacidad cada vez menor de pago de los alquileres. En 2012 los españoles dedicábamos de media el 30% de nuestra renta disponible al alquiler de vivienda. Es decir que las familias que vivían de alquiler, sólo dedicaban un 30% de sus ingresos al alquiler. Ese porcentaje se ha disparado al 43% en 2022. El caso más evidente es el de Cataluña, donde la intervención de ese mercado es mayo. En Cataluña las familias dedican un 58% de su renta disponible al alquiler.