Es indudable que el entorno financiero y los productos que en él operan está transformándose a pasos agigantados, algo que es fruto de procesos como la digitalización y los nuevos hábitos de consumo, además de un producto que surgió como alternativa al sistema financiero tradicional y que son las criptomonedas.
Su generalización y expansión es cada vez mayor y más notable y, por tanto, su impacto sobre el sector financiero también lo es. Es fundamental buscar información actualizada para saber las últimas novedades, algo que puedes conocer en economiafinanzas.com.
Se trata de un producto que ofrece un sinfín de oportunidades nuevas de inversión sino también de desafíos, entre ellos, en materia legal y de regulación. Sin duda, es fundamental contar con un marco de control y regulación de estos productos financieros que en los últimos años han emergido y ya se están consolidando como una alternativa más en los mercados financieros.
Criptomonedas, un producto ya consolidado
Lo cierto es que las criptomonedas son un producto ya consolidado que nada tiene que ver con las modas pasajeras. Llevan ya más de una década en el mercado y en todo este tiempo lo único que se ha podido observar es que su valor ha llegado, en muchos casos y criptomonedas concretas, incluso a multiplicarse por diez, según información ofrecida por el propio Fondo Monetario Internacional.
En la actualidad hay nada menos que cerca de 10.000 criptomonedas operando en el mercado, destacando opciones como Bitcoin, Ethereum y Ripple. Si bien es cierto que en los últimos meses el valor de criptomonedas como el Bitcoin ha bajado, también se ha de considerar que el interés ya de gran parte de la población por los criptoactivos se ha multiplicado y que son un tipo de producto en el que ya invierten todo tipo de perfiles. Esto ha hecho que se haya producido también un aumento de la capitalización de mercado exponencial.
La regulación próxima
En estos momentos, España está avanzando de un modo claro en lo que a regulación se refiere sobre las condiciones que se han de dar para comercializar con estos productos. Si bien es cierto que todavía, en el conjunto de los países europeos, no hay ningún tipo de regulación.
No obstante, desde el Fondo Monetario Internacional ya se han lanzado varios textos en los que el objetivo es tratar los retos que supone regular este tipo de productos financieros pero también poder aprovecharse de las nuevas oportunidades que pueden ofrecer. Así mismo, da una serie de recomendaciones que suponen la implementación de estándares globales para mejorar la monitorización del funcionamiento de estos productos.
Cabe destacar la decisión que ha tomado el Banco de España y que pasa por someter a los proveedores de servicios que estén relacionados con el negocio de las criptomonedas a la obligación de registrarse en un nuevo registro que se ha creado para tal fin.
La posición en Europa
Desde Europa se está trabajando para lograr desarrollar un nuevo Digital Finance Package, que pasaría por dar una regulación a los mercados de criptoactivos. Una supervisión que en el caso de España recae sobre el Banco de España y la CNMV que son los organismos que vigilarían las entidades que participan en el sector.
Criptomonedas y la tributación en España
Lo que ya es una realidad es la tributación de las criptomonedas en la campaña de la renta anual. Por tanto, los usuarios que tengan criptomonedas han de saber que a la hora de presentar su declaración de la renta anual, los movimientos que hayan podido realizar con criptomonedas se considerarán operaciones que han dado lugar a ganancias o a pérdidas patrimoniales y hay ya un apartado en la declaración que permite especificar esto.
Algo que se verá a través de la casilla "Ganancias y pérdidas patrimoniales derivadas de transmisiones de otros elementos patrimoniales", es decir, la casilla [1626] con la clave 0, que es la clave que se corresponde con las monedas virtuales. Se trata de algo que ya al hacer la declaración correspondiente con el ejercicio de 2022 se ha de hacer de manera obligatoria para cumplir con la normativa actual que se ha adaptado ya en materia fiscal a este incremento de la popularidad y de la capitalización de criptomonedas.
Un producto que, como decimos, ya no sólo es objeto de inversión para perfiles muy técnicos sino que ha llegado al gran público algo que ha hecho que se esté trabajando en un marco regulatorio cada vez más claro.