Ahorramas cerró 2022 con un beneficio neto de 83,9 millones de euros, lo que supone un 5,2% menos frente a los 88,5 millones de euros del año precedente, según ha informado hoy viernes la compañía en un comunicado.
En concreto, la cadena de supermercados registró una facturación bruta de 1.960 millones de euros, lo que supone un incremento del 8,8% respecto a los 1.800 millones de euros alcanzados en 2021, mientras que el crecimiento en superficie constante fue del 5%.
Sin embargo, este aumento de los ingresos no se ha traducido en una aumento de beneficios, sino todo lo contrario. Y es que, al igual que ha sucedido con el resto de cadenas de supermercados, los márgenes de Ahorramas se han visto reducidos por culpa del alza de costes. En concreto, el margen ebitda sobre ventas se situó en un 8,4%, frente al 9,1% del año anterior, mientras que el beneficio neto sobre ventas se situó en un 4,3%, seis décimas menos que en 2021.
Debemos recordar, en este sentido, que casi el 95% de los incrementos de precios en los alimentos durante 2021 y 2022 ha venido producido por los costes de importación, mientras que los márgenes de la cadena alimentaria se han reducido, contribuyendo así a amortiguar la escalada inflacionista. Todo según datos del propio Gobierno de España.
279 supermercados y 88 millones invertidos
Ahorramas ha comunicado que en el pasado ejercicio desembolsó un total de 28,08 millones de euros de impuesto sobre sociedades, mientras que en 2022 invirtió 88 millones de euros, que se destinó en su mayoría a nuevas aperturas y reformas de supermercados. Todo ello, mientras da empleo a un total de 12.103 profesionales, tras la ampliación de plantilla del 3% acometida en 2022.
En la actualidad, la compañía cuenta con un total de 279 supermercados ubicados Madrid y Castilla-La Mancha. Así, tiene 233 tiendas en la región madrileña, mientras que las 46 restantes se ubican en las provincias de Cuenca, Guadalajara, Ciudad Real y Toledo.
Ahorramas reconoce que el 2022 fue un ejercicio "con un contexto económico y geopolítico muy complejo, marcado por el fuerte incremento de los costes energéticos y de las materias primas y su repercusión en el aumento de la inflación", por lo que centró sus esfuerzos en "apoyar y ayudar al consumidor, reforzando su apuesta por la mejor relación calidad-precio en el producto, la proximidad y el servicio cercano y especializado".