Tenso desalojo de todo un bloque de edificios habitado por okupas en Alcobendas. Desde primera hora de la mañana de este viernes, la Policía ha acudido a la mayor okupación de la Comunidad de Madrid para exigir a unas 300 personas que abandonen una propiedad que lleva más de una década allanada por unos ciudadanos a los que no les pertenece.
Algunos de los okupas se han concentrado a las puertas del edificio para protestar por el desalojo y los medios no han dudado en recoger la versión de los delincuentes a pesar de que algunos de los argumentos resultaban completamente inverosímiles.
Una de las explicaciones más surrealistas para justificar este asalto a la propiedad privada la ha dado una okupa llamada Paula. La joven intenta hacerse pasar por una víctima asegurando que "mi casa me la vendió una pareja diciendo que era un piso legal. Nos cobraron 200 euros por las llaves".
De sobra es conocido que la okupación actual responde a un fenómeno orquestado por mafias con el mismo modus operandi: entra una persona que se encarga de reventar todas las puertas, cambia cerraduras y vende las llaves a un precio por piso similar al de una mensualidad de alquiler. Sorprende que esta joven creyera que por 200 euros se puede vivir gratis en un inmueble casi 10 años.
"Ahora yo tengo que buscar un sitio para enchufar los aerosoles", lamenta la inocente okupa que asegura que "yo estoy trabajando y la asistente social no me va pagar nada. Nos echan a la calle como perros. Tampoco nos merecemos eso".
Con la excusa de la emergencia social, las mafias okupas se han extendido por todo el territorio español causando problemas de insalubridad y de convivencia con los vecinos de los inmuebles en los que se instalan y que sí son los legítimos propietarios de sus correspondientes viviendas.