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Alemania manda ahora a una delegación de diputados a examinar Doñana en pleno boicot a las fresas españolas

Tal y como publicó LM, la campaña de desprestigio -a la que han dado alas tanto Sánchez como Ribera- coincide con el inicio de la cosecha alemana.

Tal y como publicó LM, la campaña de desprestigio -a la que han dado alas tanto Sánchez como Ribera- coincide con el inicio de la cosecha alemana.
Finca de cultivo de fresas ubicada en la zona de regadío al norte de la Corona Forestal de Doñana. | EFE

Lo que empezó siendo una campaña apoyada por 150.000 personas podría terminar convirtiéndose en un serio problema para los productores y exportadores de fresas en España. Tras el intento de boicot de una asociación vinculada al partido socialista, Alemania ha decidido enviar ahora a una delegación de diputados a examinar el entorno de Doñana y, más concretamente, la "extracción ilegal de agua".

Aunque regantes y freseros se encargarán de desmontar las falsedades difundidas por el PSOE y por el mismísimo Gobierno de España en este sentido, temen que el foco que pondrán en nuestro país pueda pasar factura al prestigio de un sector que actualmente genera más del 11% del PIB de Huelva y 160.000 empleos directos e indirectos.

"El cultivo de fresas es particularmente intensivo en la región del Parque Nacional de Doñana, uno de los humedales más importantes de Europa y, por lo tanto, un punto crítico de biodiversidad. Debido a la extracción ilegal de agua por parte de la agricultura para el riego, especialmente para el cultivo de la fresa, Doñana -acompañada de una persistente sequía- se encuentra gravemente amenazada por la deshidratación", defienden los integrantes de la Comisión de Medio Ambiente, Conservación de la Naturaleza, Seguridad Nuclear y Protección al Consumidor del Bundestag que aterrizarán mañana en España.

La delegación estará encabezada por su presidente, Harald Ebner (miembro de Los Verdes), quien estará acompañado por diputados de todos los partidos. Su visita durará cinco días y comenzará en Madrid, donde se reunirán con los secretarios de Estado de Medio Ambiente y de Consumo. Después, se desplazarán hasta Andalucía, donde esperan que se produzca un "intenso intercambio de puntos de vista" tanto con miembros del Gobierno andaluz como con representantes de organizaciones de protección ambiental y asociaciones de agricultores. Además, los parlamentarios también mantendrán sendos encuentros con científicos, representantes de fundaciones políticas y granjas.

El boicot alemán

La visita llega en un momento especialmente delicado para el sector de la fresa, ya que hace apenas unos días la asociación Campact inició una campaña en Alemania para pedir a las grandes cadenas de supermercados que dejen de comprar fresas españolas "hasta que el Gobierno andaluz no haga una gestión sostenible del agua". Para sorpresa e indignación de regantes y freseros, la ministra Teresa Ribera y hasta Pedro Sánchez dieron pábulo al boicot en sus redes sociales.

"Si incluso el presidente español pide que se deje de vender fresa española, ¿a qué esperan Lidl, Aldi, Rewe y Edeka?", señaló Campact en un tuit dirigido a las principales cadenas de distribución alemanas. Además, en la petición pública en la que instan al boicot denuncian que el bajo precio de las fresas de Huelva se debe a "la explotación de sus trabajadores". Y así lo reiteran: "Son fresas baratas a costa de la naturaleza y las personas", dicen.

El interés político y económico

Detrás de esta campaña de desprestigio, el sector vio un claro interés político y económico: político, por cuanto la asociación que la promueve está estrechamente ligada al partido socialista alemán y, de hecho, ha financiado a los candidatos del SPD; económico, ya que, curiosamente, el boicot coincide con el inicio de la cosecha de fresas en Alemania, tal y como publicó Libre Mercado.

Allí, la campaña de frutos rojos se extiende de mayo a julio. Sin embargo, este año, se habría retrasado debido a las temperaturas tan bajas que se han registrado esta primavera, por lo que es justo ahora cuando las fresas empiezan a llegar a los estantes de los supermercados a un precio muy superior al de las españolas: cuatro o cinco euros por cesta frente a los 1,5 euros que puede costar la recogida en Huelva.

La llamada al boicot no solo va dirigida a los supermercados, sino que también apela a los consumidores a los que les pide apostar por las "fresas regionales de temporada", un mensaje similar al que han lanzado en estos días productores locales y que han recogido periódicos regionales, en reportajes donde se compara la "ecológica" producción alemana "de proximidad" y al aire libre con el impacto ambiental de las importaciones desde España hasta Alemania. Además, defienden que, aunque pueda ser más cara, la fresa alemana tiene "más sabor y vitaminas" por haber sido recolectada más cerca de casa.

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