La provincia de Málaga sigue su imparable crecimiento y empieza a soñar con superar a Sevilla y confirmarse como la locomotora de la economía andaluza. El tamaño de la población provincial ha aumentado año tras año y ni siquiera se ha resentido por la pandemia. Así, el aumento neto en el número de habitantes fue de 10.500 personas en 2018, 20.600 en 2019, 24.100 en 2020, 20.700 en 2021 y 21.000 en 2022.
De hecho, si ampliamos el foco y estudiamos lo ocurrido en las dos últimas décadas, encontramos que Málaga ha incrementado su población más de un 30%, hasta situarse cerca del umbral de los 2 millones de habitantes. En comparación con los datos de comienzos de los años 80, la provincia mañagueña ha crecido en casi 700.000 residentes y presume de tener el segundo mayor aumento en este indicador de todo el territorio nacional.
El peso económico de Málaga ya asciende al 20% del PIB regional, solamente por detrás de los niveles que se imputan a Sevilla, cuya provincia genera el 24% de la producción económica andaluza. Los datos de actividad invitan a soñar con el sorpasso, sobre todo después del fuerte avance del PIB que experimentó Málaga durante los dos últimos años, con tasas de crecimiento del 5,8% y el 7,7% para 2021 y 2022. Incluso en 2023, Málaga capea el enfriamiento de la economía española con una mejora de su producción del 2,2% que casi duplica la media andaluza, del 1,3%, y supera también la previsión de crecimiento que manejan los analistas para el conjunto del país, en el entorno del 1,7%.
Las dos claves del éxito de la provincia
El modelo malagueño se apoya en dos grandes pilares:
- El primero de ellos es la transformación de su ciudad capital bajo gobierno de su histórico alcalde, el popular Francisco de la Torre. Tras asumir el cargo en el año 2000, De la Torre apostó por atraer empresas tecnológicas como Google, fomentar la oferta cultural y de ocio con la apertura de museos como buque insignia y desarrollar una política de embellecimiento del casco histórico y de la franja litoral de la ciudad.
- El segundo es el exitoso modelo turístico de las localidades de la Costa del Sol, antaño asociado exclusivamente con Marbella pero hoy vinculado también a la pujanza de otros municipios como Estepona, Fuengirola, Mijas… La región tiene más de 300 días de sol cada año y 150 kilómetros de costa y playas, de modo que no sorprende que sus cifras de turismo se sitúen en el entorno de los 13 millones de visitantes, cuya aportación económica supera los 17.000 millones.
Aunque Sevilla sigue por delante de Málaga en términos de PIB y de renta, la brecha entre ambas provincias se está cerrando. Así, en términos demográficos, la expansión malagueña contrasta con lo ocurrido en Sevilla, donde el número de personas residentes en la capital cayó de 710.000 a 680.000 entre los años 2003 y 2022. La tasa de paro sí es menor en Sevilla que en Málaga (16,9% vs 18,4%, según la EPA del primer trimestre de 2023), pero la brecha entre ambas provincias se está reduciendo.
Hace escasos días, la aerolínea estadounidense United Airlines certificó la creciente popularidad de Málaga con la recuperación del enlace directo que venía programando entre la Costa del Sol y el área metropolitana de Nueva York. Esta conexión, que se interrumpió por el covid-19, vuelve a estar operativa y exhibe niveles muy elevados de ocupación. Una nueva muestra del creciente atractivo malagueño.