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La gran anormalidad: ¿qué está pasando en el mercado de trabajo post-covid?

En Europa ya hemos recuperado el número de trabajadores pre-pandemia, pero el número de horas trabajadas sigue por debajo de los niveles de 2019.

En Europa ya hemos recuperado el número de trabajadores pre-pandemia, pero el número de horas trabajadas sigue por debajo de los niveles de 2019.
Imagen de la semana pasada, trabajadores de la construcción, en una obra, en Nueva York. | EFE

El mercado de trabajo post-Covid no es lo que era. Pasan cosas raras. Y no hablamos de España, que en cuanto a mercado laboral peculiar siempre ha estado en los primeros puestos. En el resto de Europa, tanto en la UE como en el Reino Unido, podemos observar ciertos fenómenos extraños: paro en niveles reducidos, pero muchas vacantes; más personas trabajando, pero menos horas trabajadas; tasas de inactividad reducidas en algunos colectivos y en máximos históricos en otros... ¿qué está ocurriendo?

Hace unos días, el Banco Central Europeo publicaba un artículo titulado "Más empleo pero menos horas de trabajo". Los autores (Óscar Arce, Agostino Consolo y Antonio Dias) alertaban sobre un hecho llamativo: las cifras clásicas a las que solíamos atender para analizar la fuerza de un mercado laboral (desempleo, ocupación) marchan bastante bien en general. En la mayoría de los países europeos, la tasa de paro es bastante baja y el número de ocupados ha superado los niveles de 2019. Incluso en España, aunque no podemos felicitarnos demasiado porque somos el país con el desempleo más alto de la UE, estamos lejos de nuestros máximos.

Sin embargo, otros datos, a los que antes prestábamos menos atención, no muestran el mismo tono positivo. Especialmente, el de las horas trabajadas por cada trabajador. De hecho, si miramos el gráfico del BCE, podemos ver que, aunque el número de trabajadores sí superó en la Eurozona (hace ya varios trimestres, en realidad) el nivel pre-pandemia, las horas trabajadas por cada uno de esos ocupados están por debajo de las de 2019. Un fenómeno, por cierto, que no se da en EEUU, donde las cifras son más normales (si aceptamos como normalidad lo ocurrido hasta 2019).

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¿Y por qué? Pues no está claro. El BCE apunta algunas causas:

  • Más peso en el empleo de sectores en los que se trabaja menos horas semanales; por ejemplo, construcción y servicios públicos, indican los autores del informe
  • El hecho de que las empresas están tratando de retener a sus trabajadores en nómina por miedo a no encontrar un reemplazo. Esto tiene que ver con esa estadística, que también llama la atención, sobre un desempleo en mínimos al mismo tiempo que los puestos vacantes están en máximos. Parece que las empresas europeas no encuentran lo que buscan y prefieren quedarse con sus trabajadores, incluso si durante un período de tiempo algunos de ellos tienen que hacer menos horas porque la producción ha caído o por cualquier otra causa. Quizás hace unos años habrían optado por el despido, pero ahora se buscan otro tipo de soluciones (en esto el covid puede haber influido, pues generalizó estas alternativas y hubo legislación específica al respecto)
  • Cambios de largo plazo en el mercado laboral: más presencia de colectivos que tienden a trabajar menos horas (mujeres, personas cercanas a la jubilación...); cambio en las preferencias de los trabajadores, que ahora optan por reducción de jornada incluso asumiendo menor salario...
  • Incremento de las bajas por enfermedad: es un tema delicado, del que apenas se habla, pero que parece que está comenzando a impactar en el mercado laboral. Y no sólo es un fenómeno covid, aunque está claro que la pandemia ha podido influir. El artículo del BCE lo explica así: "Las estadísticas de de los cuatro países más grandes de la zona del euro (Francia, Alemania, Italia, España) apuntan a que las bajas por enfermedad han aumentado entre un 10% y un 30% en2022 en comparación con 2021. En la mayoría de los casos hablamos de bajas por enfermedad temporal (los empleados permanecen en la nómina de sus empresas). Los datos de Alemania nos indican que el promedio anual de horas de trabajo perdidas debido a una baja por enfermedad aumentó de 68 a 91 entre 2021 y 2022. Esto representa alrededor del 1,8 % de la media de horas trabajadas en 2022".

Este último punto parece que está cobrando cada vez más importancia. En el Reino Unido, la preocupación por este tema es creciente. Dos ejemplos que nos hemos encontrado en los últimos días: un artículo de hace unas semanas en The Spectator sobre la vuelta al empleo de los británicos y los problemas que todavía quedan por resolver; y otro de un abogado-consultor especializado en temas laborales sobre el llamado "long-covid" y sus efectos. En los dos casos llama la atención la misma estadística: la de bajas por enfermedad, con medio millón más de trabajadores británicos en esta situación que en diciembre de 2019: "En el pasado año, pasado hubo casi 800.000 diagnósticos de enfermedad-baja laboral por motivos de salud mental y de comportamiento. Los desempleados por enfermedad de larga duración alcanzaron otro récord: 2,5 millones. Acelerar los planes para que estas personas reciban tratamiento y vuelvan a la fuerza laboral debería ser primordial para reactivar la economía".

Esto nos lleva a otro elemento llamativo del mercado laboral de la última década. Un fenómeno que ya estaba ocurriendo antes del covid y que ha acentuado su tendencia tras el mismo: el cambio en los motivos y colectivos que ahora se forman parte de la población activa. Por ejemplo, en el caso del Reino Unido están cayendo las personas (en su amplia mayoría, mujeres) que declaran estar en situación de inactividad para ocuparse de los cuidados de algún familiar. Es lógico, por muchos motivos: porque la incorporación femenina al mercado laboral es casi completa y porque, además, se ha desplomado el numero de hijos por mujer. Del mismo modo, la tasa de empleo entre los mayores de 55 años, sigue creciendo poco a poco. Aquí puede haber diferencias entre países, pero en casi todos la tendencia es la misma: alargar la carrera profesional. Es cierto que muchos de estos trabajadores lo son a jornada parcial (volvemos al principio, al punto de las horas trabajadas de media por cada empleado), pero incluso así, en lo que hace referencia a las tasas de actividad, son un colectivo más presente que hace dos o tres décadas.

Y un último apunte: aquellos que trabajan menos horas, ¿lo hacen de forma voluntaria o forzada? De nuevo, otra aparente paradoja: están creciendo los dos colectivos. El empleo a tiempo parcial es cada vez más relevante en parte porque hay trabajadores que lo buscan, pero también porque los hay que no tienen otro remedio. Así lo explica el BCE: "Mientras alrededor del 20% de los trabajadores querría trabajar menos horas, el 35% querría trabajar más. Así, mientras el número de trabajadores a tiempo parcial que querría trabajar más horas ha caído desde 2019, todavía había cinco millones a finales de 2022 [empleados a tiempo parcial que quieren un trabajo con más horas]". En esto los trabajadores europeos también están distanciándose: en muchos de los países más ricos (Holanda, Suiza, Austria, Alemania...) es una tendencia asociada al bienestar (empleados que escogen trabajos menos demandantes en tiempo porque no necesitan los ingresos; en los países del sur (España entre ellos) el empleo a tiempo parcial está asociado a precariedad.

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