Lo que desaparecerá con el desmantelamiento de la central nuclear de Garoña

El Ministerio de Transición Ecológica ha dado vía libre al desmantelamiento de la central nuclear de Garoña, que dejó de operar hace diez años. Ribera lo pone como ejemplo de lo que está por venir.

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Adiós a Garoña

Con el tardío ok del Gobierno, la central nuclear de Garoña, apagada hace diez años, inicia ahora el complejo y costoso proceso de desmantelamiento, que durará otros diez años y que tendrá como modelo el desmontaje de otra planta nuclear, la de José Cabrera.

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Sala de control

La empresa propietaria, Nuclenor, participada al 50 por ciento por Endesa y 50 por ciento por Iberdrola, recoge algunas fotos de las instalaciones que serán desmontadas en los próximos años.

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Equipos eléctricos

La central de Santa María de Garoña comenzó a operar en mayo de 1971. Cuarenta y un años después, en diciembre de 2012, se apagó. La empresa pidió licencia para seguir operando hasta 2019 pero el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero decidió autorizarlo sólo hasta 2013 tras cumplirse los 40 años de explotación.

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Compresores de refrigeración

Pese a que el PP se comprometió públicamente a la reapertura de la central si llegaba al poder, finalmente el 1 de agosto de 2017 se denegó la renovación de la autorización de explotación de la central. Toda la izquierda clamaba contra la reapertura y la empresa denunció la asfixia económica que le provocaban los impuestos sobre el sector.

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El reactor de Garoña contaba con una potencia de 466 MW y según la empresa, generó 133.335 millones de kWh durante sus años de actividad.

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Generador diésel

La decisión de cerrar la central se tomó a pesar de que el Consejo de Seguridad Nuclear avalaba su continuidad. No se cerró, como recuerda el propio sector, por razones técnicas ni de seguridad.

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Inspección de combustible nuevo

En la primera fase de desmantelamiento, hasta 2026, se desmontarán estructuras y componentes del edificio de turbina y se evacuará el combustible que quede en las piscinas hacia un almacén en la propia central.

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Piscina de combustible

En estos años preparatorios, se han acometido trabajos como la recepción de contenedores para el combustible gastado o el desmontaje de los generadores diésel.

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Planta de recarga de combustible

Según la propietaria, desde que se conectó a la red se realizaron más de 2.500 modificaciones del diseño original de la planta, con la sustitución de “más del 50% de los componentes". No se cumplió, sin embargo, el sueño de prorrogar su vida útil hasta los 50 o incluso sesenta años.

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Vasija del reactor

En la fase dos se acometerán las tareas más complejas como el desmontaje del reactor.

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Subestación eléctrica

La noticia del visto bueno al desmantelamiento ha vuelto a traer el tema nuclear a la campaña en un momento en que el Gobierno sigue apostando por el cierre nuclear y el PP plantea una revisión del calendario para que sigan operando más allá de las fechas previstas.

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La propia Teresa Ribera ha puesto la orden publicada este lunes como ejemplo de lo que quiere hacer con el resto de centrales: se trata, ha dicho, de "dar un paso adelante en ese proceso ordenado de cierre con total responsabilidad, con garantías para la población y con alternativas económicas después de haber superado la evaluación ambiental".