Los Noboa son una familia ampliamente reconocida en Ecuador. Luis Noboa Naranjo (1916-1994) fue un destacado empresario del sector agrícola y construyó un auténtico imperio en el campo de las exportaciones bananeras. Sus hijos Álvaro e Isabel son dos de los empresarios más reconocidos del país andino. Y ahora, su nieto Daniel Noboa se ha convertido en el candidato que puede frenar al correísmo en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, una votación prevista para el próximo 15 de octubre.
No es la primera vez que un Noboa tiene opciones de llegar al Palacio de Carondelet. En 2006, Álvaro cayó derrotado en los comicios que auparon a la presidencia al bolivariano Rafael Correa, hoy perseguido por la justicia ecuatoriana. Casi dos décadas después, quien fuera firme aliado de Fidel Castro y Hugo Chávez ha depositado sus esperanzas en la figura de Luisa González, la candidata con la que el "socialismo del siglo XXI" quiere volver al poder.
La pregunta, pues, es qué ofrece Daniel Noboa al electorado ecuatoriano. No es fácil dar una respuesta clara. Al fin y al cabo, su candidatura apenas recibió atención mediática, puesto que las encuestas daban por sentado que apenas obtendría representación. Por tanto, la campaña presidencial de Noboa ha transcurrido hasta ahora en medio de un relativo silencio que no le ha impedido seducir al 24% de los ecuatorianos y convertirse, sobre el papel, en el favorito para alcanzar la presidencia, toda vez que el correísmo sea castigado como se espera en la segunda vuelta.
¿Qué sabemos de Noboa?
El caso es que Noboa no es nuevo en política. Fue empresario y trabajó durante algo más de una década como directivo de la empresa de su padre, pero en 2021 dio el salto a la Asamblea Nacional y se convirtió en el presidente de la Comisión de Desarrollo Económico. Su sello estuvo presente en una de cada cinco leyes aprobadas durante el mandato del presidente saliente, Guillermo Lasso.
Durante el debate presidencial, Noboa se refirió a la ola de violencia que sufre el país y se comprometió a mejorar el funcionamiento del sistema judicial y de las fuerzas de seguridad en caso de ser elegido presidente. Por otro lado, su programa electoral defiende la necesidad de "proteger y reforzar la dolarización", "atraer inversión extranjera", "blindar la seguridad jurídica" y "ofrecer incentivos fiscales para las empresas nacionales y extranjeras que inviertan en ciertas áreas o industrias".
Noboa plantea como objetivo económico de cabecera la "reducción del desempleo". El paro oficial es del 3,8%, pero el 55% de la fuerza laboral está ocupada en la economía sumergida (circunstancia identificada como "subempleo" o "informalidad" en la terminología del Instituto Nacional de Estadística de Ecuador). Por otro lado, su manifiesto habla de desarrollar el turismo o de potenciar la inversión en infraestructuras.
Antes de involucrarse directamente en la contienda política, Noboa completó una trayectoria académica claramente orientada a dicho fin. Estudió Administración de Negocios en la Universidad de Nueva York, así como Administración Publica en la Universidad de Harvard. De igual manera, completó un Máster en Gobernanza y Comunicación Política en la Universidad George Washington.
Una Asamblea fragmentada
En caso de resultar vencedor en la segunda vuelta de las presidenciales, lidiará con una Asamblea Nacional muy fragmentada. Este problema resultó insalvable para el aún presidente Guillermo Lasso, que alcanzó la presidencia con un discurso netamente liberal pero no logró apoyos suficientes en el legislativo para cumplir su programa de gobierno.
Las elecciones legislativas han dejado el 38% de la Asamblea Nacional en manos del correísmo, con el 22% de los curules en poder del movimiento del candidato Fernando Villavicencio, que fue asesinado durante la campaña y denunció durante años la corrupción del socialismo bolivariano. La lista de Noboa alcanzó el 14%, mientras que al Partido Social Cristiano le corresponde el 11% de los representantes. Dos listas escoradas al centro-derecha (Actuemos-Avanza-SUMA y Sociedad Patriótica) sumaron en ambos casos el 4% de los apoyos.
Por lo tanto, si Noboa es elegido presidente, deberá hacer de los herederos políticos del malogrado Villavicencio sus socios prioritarios y tendrá que trenzar una alianza con la bancada social-cristiana, que apoyó inicialmente a Guillermo Lasso pero acabó librando un fortísimo enfrentamiento con el aún presidente del gobierno.