Una avispa asiática (Vespa velutina) es capaz de capturar una abeja en pleno vuelo, matarla y comérsela. Pueden llegar a atacar a entre 25 y 50 abejas al día y apenas cinco avispas asiáticas pueden prácticamente acabar con una colmena entera. Este insecto invasor está presente en España desde hace unos años y se ha extendido ya por el País Vasco, Cantabria, Navarra, Asturias, La Rioja, Galicia, Castilla y León, Extremadura y Cataluña. Y hace cuatro días, se detectó el primer ejemplar en la Comunidad Valenciana, donde los apicultores ya están en estado de alerta máxima.
La avispa asiática apareció en Europa en el año 2005, posiblemente introducida de forma accidental a través de mercancías importadas desde China. Se detectó por primera vez en Francia, donde ya es una plaga extendida por todo el país. Su picadura en los humanos es dolorosa porque inyecta más veneno que otras especies, aunque sólo produce la muerte en el 0,08% de los casos. En cualquier caso, se trata de un animal invasor, sumamente agresivo que, además de matar abejas y otros insectos, también devora las larvas de los panales.
Por ese motivo, tras detectarse el primer ejemplar en la localidad castellonense de Vallibona, Asaja Valencia ha mostrado su "preocupación" y ha pedido a la Generalidad valenciana que "forme a los apicultores valencianos, mediante una guía de instrucciones y fotografías de la avispa asiática, para que puedan identificar su presencia y avisar con la máxima celeridad a la Administración".
"Como con casi todas las especies invasoras, la detección precoz será clave para actuar rápidamente y tratar no solo de frenar su avance sino también erradicarla de nuestro territorio, porque la viabilidad de los apicultores va en ello", destaca la organización agraria.
De hecho, el parlamento valenciano, a propuesta de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca, ya ha aprobado una declaración de emergencia para la realización de los trabajos de búsqueda y destrucción de nidos de avispón asiático y la formación del personal de zonas afectadas, por un importe de 200.000 euros.
También ha alertado de que es posible confundir a la vespa velutina con otra especie autóctona similar pero no dañina, el avispón europeo (Vespa crabro), cuya destrucción alteraría el equilibrio ecológico y la biodiversidad, por lo que pide a los apicultores y a cualquiera que detecte un nido de avispas, que no los destruya sin identificar correctamente a la especie.
Los apicultores vienen atravesando una difícil situación marcada por las adversidades climáticas que reducen la población de abejas y la producción de miel, la entrada de importaciones masivas sin reciprocidad y los bajos precios en origen. Ahora, la irrupción de la avispa asiática se añade a los problemas del sector y amenaza con ser la puntilla que acelere el abandono de la actividad apícola, la cual resulta fundamental para la polinización de los cultivos y el mantenimiento de las áreas rurales.