Portugal, con una política económica distinta a la de España, está prosperando más, mientras que la economía española se queda rezagada. De este modo, pese a que la economía portuguesa supone, en volumen de PIB, una décima del tamaño de la economía española, está llevando a cabo una política de atracción de inversiones ambiciosa, frente a la inseguridad jurídica que en España está provocando el Gobierno del presidente Sánchez.
Por eso, aunque podríamos pensar que Portugal aplica la misma política económica que España, al ser ambos gobiernos socialistas, pero nada más lejos de la realidad, pues mientras que en el país vecino se lleva a cabo una política racional, en España se gobierna sólo desde la demagogia y el populismo.
Desde hace años, Portugal aplica una política de atracción de contribuyentes que le está dando muy buenos resultados: frente al ánimo confiscatorio del Gobierno de Sánchez, Portugal ofrece tipos bajos para las personas físicas y menos trabas para las personas jurídicas. Esto hace que muchas personas se estén yendo a Portugal para instalar allí su residencia, elemento que merma las posibilidades de crecimiento de España. Es cierto que para 2024 Portugal va a finalizar su política fiscal atractiva para residentes extranjeros -a mi juicio, finalizarla es un error- pero ya ha captado a gran parte de ellos que, además, en muchos casos, por un mejor clima económico, no tan hostil a la prosperidad ni con normativa económica cambiante debido al populismo instalado en el ejecutivo español, se quedarán en el país luso.
Y distintas políticas dan distintos resultados:
Crecimiento del PIB interanual: Portugal crece un 2,5% frente al 2,2% español, pese a venir España de niveles más bajos, al haber tardado mucho más tiempo que Portugal en recuperar el nivel de PIB real previo a la pandemia.
Portugal tiene una tasa de paro que es casi la mitad de la española, con un 6,2% frente al 11,5% español.
En cuanto al paro juvenil, Portugal tiene 6,5 puntos menos que España: 20,3% frente al 26,8%, respectivamente. Esto muestra cómo la política de Sánchez merma las oportunidades de los jóvenes.
Eso hace que, en definitiva, desde que gobierna Sánchez (junio de 2018) Portugal ha visto cómo su PIB per cápita crece un 17,9% entre 2018 y 2022 (último dato publicado) y España se queda casi en la mitad (un 9,8%) en ese mismo período. Es decir, Portugal aumenta su riqueza más que España.
Todo ello es motivo de una política económica que genera mejores expectativas para Portugal, que ofrece, también, una mayor seguridad jurídica que la que ofrece Sánchez, al haber formado coalición con los comunistas y querer reeditar con ellos y con toda la suerte de independentistas, extremistas y el heredero del antiguo brazo político de ETA. Así, la prima de riesgo de Portugal es 30 puntos básicos menor que la de España a cierre del 6-10-2023:
De hecho, en lo que va de año 2023, la prima de riesgo portuguesa ha descendido 20 puntos básicos, mientras que la prima de riesgo española ha aumentado 4 puntos básicos.
Así, vemos las consecuencias de la política económica aplicada en España, que frena a la economía española, la mantiene como la que ostenta la mayor tasa de paro, por no hablar del paro juvenil, que resta oportunidades a los más jóvenes, su menor crecimiento económico y su empobrecimiento como país, medido por el PIB per cápita, cuyo crecimiento se ralentiza. En definitiva, esa política económica nos empobrece mientras otros países, como Portugal, hacen las cosas bien para tratar de que su país prospere.