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Lo que Yolanda Díaz no cuenta: así perjudicará a los vuelos de larga distancia la prohibición de los cortos

Los ingenieros aeronáuticos alertan de que la medida desincentivará la innovación y mermará el desarrollo de los aeropuertos hub de Madrid y Barcelona

Los ingenieros aeronáuticos alertan de que la medida desincentivará la innovación y mermará el desarrollo de los aeropuertos hub de Madrid y Barcelona
EUROPA PRESS

Entre las múltiples medidas que conforman el pacto de Gobierno sellado entre Yolanda Díaz y Pedro Sánchez, se encuentra la prohibición de los llamados vuelos cortos -aquellos con una duración inferior a dos horas y media- que tengan alternativa en tren. Se trata de una medida que el Ejecutivo ya deslizó hace más de dos años en el polémico plan España 2050 con el objetivo de reducir las emisiones de CO2. Sin embargo, tal y como ya demostró entonces el Colegio de Ingenieros Aeronáuticos de España (COIAE), en el mejor de los casos, la propuesta tan solo lograría reducir dichas emisiones en un 0,1%.

"Frente a tan reducidos beneficios, los daños que se producirán en la industria del transporte aéreo en España serán cuantiosos", advierte este organismo; máxime si tenemos en cuenta la "gran pérdida de competitividad" que podría suponer para España por dos razones fundamentalmente. En primer lugar, porque frenaría el desarrollo de los aeropuertos de Madrid y Barcelona como grandes hub o centros de conexión, algo que, sin duda, sería aprovechado por otros países europeos. Pero, además, desincentivaría la innovación y la experimentación con nuevas tecnologías libres de carbono, ya que es precisamente en estos vuelos cortos donde se realizan los ensayos. De esta forma, su cancelación impediría estudiar avances para la descarbonización de los aviones, lo que sería un "obstáculo" para que Europa compitiera con China y EEUU en ese campo.

Por qué desincentivaría la innovación

"A la hora de hablar de nuevas tecnologías descarbonizadas, hay tres a tener en cuenta: el SAF (Sustainable Aviation Fuel, según sus siglas en inglés), el eléctrico y el hidrógeno. El SAF es perfectamente utilizable a día de hoy, pero las otras todavía requieren de ensayos, y es en los aviones pequeños donde se va a empezar a experimentar, porque en el caso del eléctrico, por ejemplo, el peso de las baterías actualmente es incompatible con lo que sería un vuelo de media distancia", explica el decano del COIAE, José Ángel Hesse. "Si acabamos con los vuelos domésticos, al final no habrá interés en seguir desarrollando esta tecnología ni en producir aviones de este tipo, porque, lógicamente, las compañías aéreas no los comprarían", advierte.

A pesar de que los experimentos españoles en esta materia no suelen copar grandes titulares en los medios de comunicación, Hesse asegura que en estos momentos España es un país muy competitivo. "Tenemos ITP Aero, por ejemplo, que es una empresa dedicada a motores de aviación que está trabajando tanto con el hidrógeno como con el eléctrico, y que está desarrollando nuevas tecnologías dentro de distintos programas europeos y con programas propios, que permitirían utilizar el eléctrico en un plazo no demasiado largo y el hidrógeno en un plazo un poco más largo -explica el ingeniero-. Pero claro, para eso hace falta apoyo y que aquellos que están invirtiendo en este este campo vean que tienen futuro y que merece la pena seguir adelante".

El golpe a los hub de Madrid y Barcelona

La prohibición de los llamados vuelos cortos haría exactamente todo lo contrario. Y lo mismo sucede con el desarrollo de los aeropuertos hub de Madrid y Barcelona, a pesar de que el Gobierno se haya comprometido al menos a mantener los vuelos de enlace oficiales. "Una persona que hasta ahora podría coger un vuelo de Valencia a Barcelona o de Valencia a Madrid para coger un vuelo europeo o de la larga distancia, si deja de tener esa posibilidad y tiene que ir en tren y después desplazarse hasta el aeropuerto, directamente optará por hacer escala en Londres o en cualquier otro sitio, porque evidentemente es más cómodo".

Además, los ingenieros aeronáuticos insisten en que solo aquellos que realmente lo necesitan se decantan por el avión. Precisamente por eso, no creen que sea necesario prohibir nada: "Cuando el viajero está demostrando que libremente se decanta por el modo de transporte que considera más barato (por ejemplo, el porcentaje del tren frente al avión en el enlace Madrid – Valencia es superior al 90%), no se entiende que se tenga que recurrir a prohibiciones que tienen efectos negativos no evaluados".

El problema no son los vuelos cortos

Por último, el COIAE insiste en que "no hay que focalizar y centrar todo en el transporte aéreo, como si fuera el malísimo de la película". En este sentido, Hesse pone un ejemplo que tal vez sorprenda a muchos: "La generación eléctrica es responsable del 14,2% de las emisiones de CO2 y, sin embargo, todos pensamos que lo eléctrico es muy limpio".

Y lo mismo sucede con el transporte ferroviario. "No estamos en contra del tren para nada y tampoco queremos entrar en polémica, pero si a las emisiones del viaje se sumaran las emisiones necesarias para generar toda la infraestructura que necesita el tren de alta velocidad, pues resulta que no es tan sostenible como se dice -advierte el decano de los ingenieros aeronáuticos-. En cualquier caso, yo insisto: no se trata de ir en contra de nadie. Lo que nos preocupa es que se demonice el transporte aéreo y que se venda que suprimiendo cuatro vuelos ya se ha solucionado el problema".

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