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Los tres grandes engaños de Yolanda Díaz para justificar su expolio fiscal a las empresas

Aplicar un tipo del 15% sobre el resultado contable de las empresas supondría disparar más de un 30% el Impuesto de Sociedades.

Aplicar un tipo del 15% sobre el resultado contable de las empresas supondría disparar más de un 30% el Impuesto de Sociedades.
Yolanda Díaz en un acto de Sumar este sábado | EFE

Aunque ha pasado algo desapercibida, se trata de una de las medidas económicas más importantes y, al mismo tiempo, disparatadas que contiene el acuerdo programático alcanzado la semana pasada entre PSOE y Sumar para renovar el actual Gobierno de coalición tras la investidura de Pedro Sánchez como presidente.

Socialistas y comunistas quieren aplicar un tipo efectivo mínimo del 15% "sobre el resultado contable de las grandes empresas en el Impuesto de Sociedades", según recoge el citado documento, con el fin de recaudar cerca de 10.000 millones de euros adicionales cada año.

La ministra de Trabajo y líder de Sumar, Yolanda Díaz, justificó este nuevo hachazo bajo el argumento de que en España "no hay justicia fiscal" y no se cumple la progresividad tributaria que consagra la Constitución porque "un autónomo tributa al 17,5% y una gran multinacional al 3,8%". Y, por eso, "las grandes empresas pagarán un Impuesto de Sociedades al 15%, pero sobre el resultado contable, es decir, sobre los beneficios reales que perciben y no sobre lo que nos dicen que perciben -esto es antes de los ejercicios de ingeniería fiscal-".

Tanto la propuesta como la argumentación del Gobierno contienen, al menos, tres grandes mentiras. En primer lugar, no es cierto que las grandes empresas paguen tan sólo un 4% de impuestos sobre lo que ganan. La trampa aquí consiste en tergiversar y manipular dos conceptos que son diferentes: la base imponible y el resultado contable.

En España existe un tipo general del 25% en el Impuesto de Sociedades (las entidades financieras y de hidrocarburos pagan un 30%), pero sólo se aplica sobre la "base imponible". La base imponible se calcula descontando del "resultado contable" de la empresas (ingresos menos gastos) una serie de ajustes que establece la propia ley para evitar abusos y distorsiones, al igual que hacen el resto de países.

El principal ajuste aplicable a las multinacionales consiste en descontar el cobro de dividendos procedentes de sus filiales en el extranjero porque ya han pagado impuestos en esos países y, por tanto, si volvieran a tributar en España se trataría de una doble imposición (pagarían dos veces por lo mismo). Esos dividendos cuentan con una exención fiscal del 95% en España.

Además, la ley también permite descontar del resultado contable parte de las pérdidas registradas en ejercicios previos. Es lógico, puesto que si una empresa pierde 100 un año y gana 100 al siguiente el beneficio real acumulado en esos dos ejercicios es cero. España, curiosamente, cuenta con una de las regulaciones más estrictas de la UE en esta materia, dado que las multinacionales tan sólo pueden compensar el 25% de sus pérdidas.

Así pues, una vez descontadas las pérdidas y el cobro de dividendos que ya han pagado impuestos, junto con algunos otros ajustes menores, se obtiene la base imponible y es ahí cuando se aplica el tipo general del 25%.

Según la última estadística de la Agencia Tributaria, las empresas españolas pagaron en 2021 un tipo efectivo en el Impuesto de Sociedades del 21,7% sobre la base imponible. Y el tipo medio efectivo que pagaron las empresas más grandes fue del 19,6%. El tipo efectivo sobre la base imponible es el concepto clave a tener en cuenta, puesto que refleja el beneficio real y la verdadera tributación que soportan las empresas en España.

El Gobierno, por el contrario, toma como referencia el resultado contable y, dado que éste es muy superior a la base imponible, el tipo efectivo que pagan las empresas baja del 21,7% al 11,2%, y del 19,6% al 7,6% en el caso de las más grandes (sin descontar pérdidas ni beneficios que ya han tributado en el exterior).

Las multinacionales pagan un 25% en impuestos

La segunda gran mentira de Díaz consiste en afirmar que las multinacionales pagan pocos impuestos. Tampoco es cierto. Según los datos oficiales de Hacienda, las grandes empresas españolas con cifra de negocios superior a 750 millones de euros al año pagaron un tipo efectivo mundial del 24,8% en 2020 (sobre los beneficios que obtienen en todos los países en los que operan), por encima del 16,7% en 2019, el 18,3% en 2018 y el 17% en 2017. Y muy por encima también de ese umbral mínimo del 15% que pretende aplicar el Gobierno sobre el resultado contable.

Y si a ello se suman el resto de tributos, desde IVA e Impuesto de Bienes Inmuebles a Transmisiones Patrimoniales y cotizaciones, sociales, las empresas del Ibex dedican al pago de impuestos casi la mitad de lo que ganan.

La tercera mentira es que, según la propuesta pactada entre PSOE y Sumar, el tipo mínimo del 15% sobre el resultado contable se aplicará "en los términos acordados a nivel global y en la UE". Esto, según los expertos fiscalistas, no casa con la intención de recaudar otros 10.000 millones al año en Sociedades.

Tanto la OCDE como la UE pretenden exigir una tributación efectiva del 15% a las multinacionales en cada uno de los países en los que operan, pero descontando en todo caso el cobro de dividendos para evitar la doble imposición. Si se aplicase así en España, el tipo efectivo se aproximaría mucho al actual y, por tanto, no se dispararía la recaudación.

Para recaudar los 10.000 millones extra previstos, lo que pretende el Gobierno es gravar doblemente los beneficios de las grandes empresas en el exterior y no tener en cuenta las pérdidas acumuladas en ejercicios previos, lo cual, además de alejarse de la estrategia de la OCDE y la UE, supone vulnerar el principio constitucional de contribución en función a la capacidad de pago. Por ello, según el socio-director de Navas & Cusí, Juan Ignacio Navas, despacho especializado en derecho bancario, financiero y tributario, la propuesta del Gobierno conllevará un aumento de la "litigiosidad y la deslocalización" de capitales.

Las empresas españolas pagaron un toral de 30.800 millones de euros en Impuesto de Sociedades en 2021, equivalente a un tipo efectivo del 21,7% sobre la base imponible y del 11,2% sobre el resultado contable. Elevar la recaudación en 10.000 millones, hasta rozar los 41.000 millones en total , supondría aplicar un tipo efectivo del 28,7% sobre la base imponible y del 15% sobre el resultado contable. Es decir, lo que quiere en realidad el Gobierno es disparar en más de un 30% la tributación real de las empresas, saltándose la Constitución, la normativa fiscal internacional y gravando doblemente los beneficios de muchas compañías.

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