Desde el departamento de Yolanda Díaz se han felicitado de los datos de empleo conocidos este miércoles relativos al mes de diciembre de 2023 y cierre completo del año. Según dicen, el paro habría caído en el último año en 130.000 personas hasta los 2.707.456 parados, lo que sería, según dicen el "menor nivel de paro en 16 años".
Sin embargo, las estadísticas de empleo cada vez son más indescifrables. Cada mes el sindicato independiente USO, emite un informe en el que trata de arrojar algo de verosimilitud al estado real de nuestro mercado laboral tratando de llamar a cada cosa por su nombre de entre la maraña de datos que ofrece el Ministerio de Trabajo.
Así, una aproximación más verosímil al paro que en realidad presenta nuestro país sería de 3.215.970, si incluímos a los parados en cursos de formación y a los parados que buscan trabajo en condiciones especiales. Y que siguen siendo parados, nada menos que medio millón, que sistemáticamente salen de la estadística.
Y por último encontramos dos datos tremendos: por un lado parados deliberadamente ocultados por la señora Díaz: los fijos discontinuos en inactividad y que no figuran en ningún listado de manera diferenciada pese a ser personas que no trabajan, que no cobran, pero que tampoco figuran como parados.
Hablamos de un dato que se estima en 650.000 personas, pero que se desconoce. Lo que sí se sabe, gracias a USO, es que se incluyen en el listado de demandantes de empleo ocupados (donde tradicionalmente se han situado aquellas personas que aunque tienen un empleo, buscan otro, o buscan complementar con un segundo trabajo el que ya tienen). Pues bien, en el último año, esta partida ha crecido en más de 100.000 personas durante 2023.
Además, el número de contratos de trabajo durante 2023 arroja otro dato inquietante: el número de contratos cae un 15% respecto a 2022 con 2,86 contratos menos en el año.
Unos datos que lejos de hablar de un gran éxito, reflejan un agotamiento y un frenazo en el mercado laboral español.