Poco antes de Navidad, el Gobierno sorprendía anunciando que entraría en el capital de Telefónica con un 10%, nacionalizando, de facto, la primera teleco española y uno de los players de telefonía más importantes del mundo. La operación, que se justificó como la medida elegida por el Gobierno para controlar a STC, teleco de un fondo Saudí que había irrumpido en el capital de Telefónica unos meses antes (con el 4,5% y derechos sobre otro 5%, que estaban esperando el visto bueno del Gobierno), se antojaba un movimiento de control sobre una de las compañías clave del Ibex 35.
Primero, porque al Gobierno no le hacía falta nacionalizar Telefónica para controlar a los saudíes, ya que posee la acción de oro que podría haber ejercido para evitar que un fondo soberano saudí tomase el control de la teleco española. Y segundo, por lo ridículo del anuncio. La operación, de más de 2.100 millones de euros (que es el precio del 10% de Telefónica), le quedaba grande al brazo inversor público por excelencia, ya la envergadura de la operación iguala el patrimonio neto de la propia SEPI y multiplica por 10 el presupuesto que tiene la SEPI para acometer nuevas inversiones.
Así las cosas, después de ese anuncio del Gobierno, parecía evidente que seríamos los españoles los que, vía impuestos, terminaríamos pagando la ambición de control de Sánchez. Una ambición de control que con Prisa o Indra no parece del todo satisfecha.
Finalmente, ha sido Escrivá quien ha desvelado la incógnita: el Gobierno va a crear otro 'chiringuito' financiero público. En lugar de dotar de fondos a la SEPI para que acometa la operación, va a crear otra SEPI para invertir en tecnología, y va a contar con un presupuesto abismal: 20.000 millones de euros. Se llamará Sociedad Española para la Transformación Tecnológica (SETT).
Así lo ha anunciado este lunes el ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública, José Luis Escrivá, que ha visitado el Pabellón de España del Mobile World Congress (MWC) en Fira de Barcelona Gran Via.
Esta nueva sociedad se encargará de desarrollar el ecosistema industrial en toda la cadena de valor de los semiconductores, por lo que integrará la organización la Sociedad Estatal de Microelectrónica y Semiconductores (SEMyS), adscrita actualmente a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI).
Otros de sus cometidos serán apoyar a empresas en proyectos innovadores, con el fondo Next-Tech, dependiente del Instituto de Crédito Oficial (ICO), y apoyar y promocionar el sector audiovisual, ha indicado el también titular de Función Pública.
¿De dónde salen los 20.000 millones?
En definitiva, "estos primeros 20.000 millones de euros iniciales", nos dicen fuentes del ministerio de Escrivá a Libre Mercado, "procederían de los fondos Next Tech del ICO (4.000 millones), el fondo del hub audiovisual (1.600 millones) y los fondos de Semys (perte del Chip, otros 10.000 millones)".
Atendiendo a cada una de estas fuentes financieras, sumarían unos 15.000 milllones, que, de momento, ya estarían comprometidos para, entre otras cosas, "impulsar la puesta en marcha de una fábrica de semiconductores de vanguardia y gama media", como figura en la web oficial de Semys. O los 4.000 millones del fondo ICO Next Tech, para impulsar "proyectos digitales innovadores de alto impacto y la inversión en empresas en crecimiento". En el caso del Hub Audiovisual, su objetivo es movilizar "recursos públicos por 1.603 millones de euros entre 2021 y 2025 y su meta es aumentar un 30% la producción audiovisual realizada en España al final del periodo".
Sea como fuere, va a depender del Ministerio de Transformación Digital y de la Función Pública y ejecutará inversiones en estos sectores estratégicos, como telecomunicaciones o inteligencia artificial (IA) generativa, ha añadido.
Escrivá ha anunciado que presentará el proyecto de creación de la SETT en el Consejo de Ministros para que pueda entrar en funcionamiento en dos o tres meses, y, preguntado por si ese gran ecosistema digital integraría a Telefónica, ha respondido: "Tiene sentido encajarla".