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Las cifras y las incógnitas del asalto a Telefónica: ¿quién pagará una operación que le queda grande a la SEPI?

El tamaño de la SEPI es ridículo para una compra de semejante calibre y que, con seguridad, pagaremos todos los españoles.

El tamaño de la SEPI es ridículo para una compra de semejante calibre y que, con seguridad, pagaremos todos los españoles.
EUROPA PRESS

Sánchez sigue acelerando su estrategia de control de todos los resortes de poder que tiene a su alcance. Ha cooptado estamentos judiciales y políticos, controla los poderes Legislativo y casi todo el Judicial. Mientras, mantiene su estrategia para hacerse con el espectro financiero y mediático. Si Prisa lo controla a través de su mano derecha, Miguel Barroso, desde Moncloa y su empresario fetiche, Joseph Oughourlian, el financiero no lo es menos. Ya dio en verano del año pasado un golpe de mano en Indra, principal empresa industrial de defensa en España. Ahora, el golpe de mano lo ha dado en Telefónica.

Por sorpresa, a pocos días de Navidad, el Gobierno aprobaba de tapadillo en el Consejo de Ministros la nacionalización de facto de Telefónica. 26 años después de su privatización, el Gobierno ha dado la orden a su ariete empresarial, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) a comprar el 10% de la compañía, con la excusa de controlar a los saudíes que entraron a principios de septiembre con un 4,9% más derechos sobre otro 5% en instrumentos financieros convertibles en acciones. STC todavía se encontraba esperando el permiso del Ejecutivo para convertir ese 5% en acciones.

Pese a que el Gobierno cuenta con la famosa "acción de oro" para poder frenar cualquier operación que considere peligrosa en empresas estratégicas españolas, en esta ocasión ha decidido controlar directamente la compañía con la excusa de la salvaguarda de la españolidad de la teleco frente a las pretensiones saudíes. Con la compra del 10% no sólo se convierte en accionista mayoritario, sino que toma una posición de control sobre Telefónica.

La dimensión de la operación

Técnicamente, la primera duda que surge es el precio de la operación. Si atendemos a la capitalización bursátil de la teleco, la operación superará los 2.000 millones de euros. Un bocado de unas dimensiones que se antojan estratosféricas para la propia SEPI, quien en su informe de 2022 (último disponible) confiesa un patrimonio neto de 2.200 millones y una bolsa para inversiones de 213 millones de euros.

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Informe de la SEPI sobre sus resultados 2022

Esta operación supera los 2.000 millones, lo que supone invertir tanto como vale la propia compañía, lo que hace más que evidente que seremos los españoles vía impuestos los que sufraguemos el coste de esta operación. Un Gobierno que gastará 2.000 millones en Telefónica y engrosará con la operación una deuda creciente que ya está en los 1,6 billones de euros. Vamos, que lo que se anunció ayer es más déficit y deuda para renacionalizar una compañía liberalizada hace 26 años.

Las grandes incógnitas de la operación

Otra de las dudas más importantes que deja este movimiento es a quién va a comprar la SEPI ese paquete. Dicen algunas fuentes que este movimiento de Sánchez cuenta con el visto bueno de STC (teleco controlada por el fondo de Arabia Saudí PIF), con el 4,9% y de Criteria (holding de inversiones de La Caixa). Las mismas fuentes apuntan a que de esta manera se blindará una dirección férrea con vocación de permanencia. Aunque el free float de la compañía es generoso, tampoco descartan algunas fuentes que STC termine vendiendo a la SEPI el 5% en instrumentos convertibles.

Tampoco se sabe cuál es la presencia que va a solicitar la SEPI en el Consejo de Administración, y será clave para empezar a ver las intenciones del Gobierno en la compañía. De momento, el acuerdo no fue anunciado en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, sino a través de una comunicación a la CNMV por parte de la SEPI. Posteriormente, en la referencia de los acuerdos del Consejo de Ministros que publica la Moncloa, figura el acuerdo para la toma del control de Telefónica.

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Referencia del Consejo de Ministros

Por último, también quedan en el aire otras dos grandes incógnitas que este martes transmitían a Libertad Digital fuentes de mercado: en primer lugar, si esta operación forma parte de los pactos de Sánchez para mantenerse en el Gobierno, ya que los socios de Gobierno del presidente (Sumar) se han apresurado a aplaudir el movimiento. Otra gran duda es si el Ejecutivo se valdrá de Telefónica para abordar algunas operaciones corporativas en las que tiene un especial empeño y que pasan por la sostenibilidad de Prisa o el despiece de Indra y la venta de Minseat.

El movimiento de este martes es sólo el primer paso. Iremos viendo el uso que hace Sánchez de su nuevo juguete: nada más y nada menos que el gigante de telecomunicaciones Telefónica.

Desde Telefónica, declinaron hacer comentarios a preguntas de Libertad Digital.

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