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Alemania da un giro a su sistema de pensiones para evitar el colapso

El plan de transición incluye la privatización de activos y, sorprendentemente, está impulsado por socialdemócratas, liberal-demócratas y verdes.

El plan de transición incluye la privatización de activos y, sorprendentemente, está impulsado por socialdemócratas, liberal-demócratas y verdes.
El ministro de Finanzas alemán, Christian Lindner. | EFE

Alemania está a punto de adoptar un giro trascendental en su modelo de pensiones, siguiendo los pasos del exitoso modelo chileno de capitalización diseñado por José Piñera y adoptado en decenas de países. La noticia ha causado mucha expectación, puesto que el gobierno germano tiene previsto "pisar el acelerador" desde el minuto uno y crear un fondo de 200.000 millones de euros para impulsar la reforma y evitar el colapso de un viejo modelo de reparto que, al igual que en España, enfrenta desafíos considerables.

El ministro de Finanzas, Christian Lindner, ha promovido esta iniciativa como una medida esencial para mantener la estabilidad en el sistema de jubilación. Según el proyecto de ley revelado el pasado martes 5 de marzo, el Ejecutivo movilizará 200.000 millones para invertirlos en los mercados de capitales y empleará los dividendos para transformar el sistema de pensiones del país.

La estrategia contempla la creación del citado fondo de capitalización con financiación del gobierno federal. El nuevo vehículo alcanzará el umbral de los 200.000 millones a lo largo de la próxima década, facilitando la transición que persigue el gobierno. Los rendimientos generados por estas inversiones serán destinados a apuntalar el sistema de pensiones, con la meta última de que su tasa de reemplazo alcance al menos el 50%.

El propósito principal de esta medida es aliviar la presión sobre un sistema de pensiones que se espera que enfrentará una gran carga en los próximos años, a medida que toda una generación de baby boomers nacidos en las décadas de los 50 y 60, se jubile. Actualmente, el gobierno federal cubre alrededor del 25% del gasto en pensiones a través de transferencias fiscales.

Para llevar a cabo esta iniciativa, el gobierno emitirá deuda por valor de 12.000 millones de euros este año y los transferirá al nuevo fondo, que será administrado por una fundación independiente. El monto transferido aumentará anualmente a un ritmo del 3% y se complementará con los ingresos obtenidos de la venta de participaciones estatales, puesto que Alemania también desarrollará un plan de privatizaciones para facilitar la activación de este nuevo modelo.

Se prevé que, para mediados de la década del 2030, el tamaño del fondo alcance los 200.000 millones y que las rentabilidades de las inversiones obtenidas permitan distribuir dividendos por valor de 10.000 millones anuales, en beneficio de todos los pensionistas. Altos cargos del Ministerio de Finanzas expresaron al Financial Times su esperanza de que este primer paso hacia la capitalización venga seguido después de un modelo individualizado de cuentas de ahorro, a la manera del sistema que José Piñera introdujo en Chile y que hoy opera de forma total en países como Australia y de manera parcial en economías como Suecia o Noruega.

Lindner ha enfatizado que esta reforma es "urgente. Deberíamos haber comenzado a aprovechar las oportunidades de los mercados de capitales para el sistema de pensiones estatutario hace mucho tiempo". Aunque reconoció que esta no es una solución mágica para el desafío de financiar las pensiones a largo plazo, recalcó que es "un primer paso importante". Por su parte, el ministro de Trabajo, Hubertus Heil, afirmado que se trata de "una apuesta por la inversión a largo plazo".

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