El Gobierno cree haber encontrado el antídoto contra el veneno de la corrupción que inunda todas las ramas de poder del Gobierno que preside Pedro Sánchez merced a las comisiones de la trama Koldo y las informaciones que apuntan a la mujer de Sánchez, Begoña Gómez y su relación con el Instituto Empresa y la compañía Globalia y Air Europa.
La información publicada este martes por eldiario.es sobre una inspección fiscal que afecta al novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha sido recibida por el Gobierno como salvavidas ante la tormenta de corrupción que cada golpea al Ejecutivo y muy concretamente a Pedro Sánchez y su mujer Begoña Gómez.
Sin embargo, los agujeros negros en la trama que se está queriendo construir desde eldiario.es y otros medios como Público o El País, dejan casi cada minuto más al descubierto la desesperación del Gobierno.
Este mismo miércoles publicaba Rubén Fernández en Libertad Digital el desliz que cometió la ministra de Hacienda María Jesús Montero este mismo martes, cuando aireó a las 17:00 horas las informaciones que El País y el diario de Ignacio Escolar iban a publicar 4 horas más tarde, relacionada con las operaciones de la empresa del novio de Ayuso con el Gobierno de España en plena pandemia del covid 19 y contratos de mascarillas.
¿Cerca de 2 millones de corruptos al año en España?
Pero más allá de los titulares gruesos en prensa o el uso torticero que de ellos hace la clase política, podríamos concentrarnos en la noticia que solivianta a la izquierda: al novio de Ayuso le han abierto una inspección fiscal por su empresa.
Pese a que haya gente, no creo que mucha, a la que nunca le ha abierto Hacienda una paralela o un requerimiento, el celo del leviatán fiscal es voraz e insaciable. Tanto que, cada año, la agencia tributaria abre cerca de dos millones de inspecciones o requerimientos. Al menos en 2022 la AEAT abrió 1,89 millones de actuaciones de control de tributos internos, fundamentalmente sobre IVA, IRPF o Sociedades.
Y en 2021 aumento un 5% respecto al año anterior y un 16% respecto a 2020. Es decir, que cada año la Agencia Tributaria persigue o investiga a cientos de miles de contribuyentes más que el año anterior.
De los cerca de 2 millones de inspecciones abiertas por la Agencia Tributaria unas 610.000 de ellas sólo para actividades económicas de trabajadores autónomos y pequeños empresarios, confesaban fuentes de la Agencia Tributaria.
Entre los motivos más frecuentes para estas inspecciones están la aplicación supuestamente indebida de deducciones en IVA o en IRPF, o ingresos que no se han declarado pero que sí aparecen en las bases de datos de la Agencia Tributaria, dicen otras fuentes.
La presunta irregularidad que Hacienda investiga sobre el novio de Ayuso tendría que ver sobre gastos de su empresa que la Agencia Tributaria considera que pueden ser falsos. Unos gastos que, según la AEAT, habrían servido para evitar los beneficios de la compañía y así evitar el pago por sociedades.
Es más, los propios funcionarios de Hacienda explican que, de esos 1,9 millones de comprobaciones que se llevaron a cabo en 2022, 1,8 no requirieron de una personación, ya que con una carta al gestor del autónomo o de la empresa es suficiente para despejar el expediente, o cobrar lo que sea necesario.
De estos 1,9 millones, 90.000 son inspecciones en profundidad que requieren visitas a las empresas. En la mayoría de los casos, supone una visita a grandes empresas o multinacionales, para analizar el patrimonio personal y societario del empresario, para comprobar la ocultación y abuso de formas societarias o comprobaciones formales (la fórmula que más ha crecido con un 54,4% más).
A negocios se efectuaron 30.000 visitas y la mayoría fueron registros sorpresa para comprobar fraudes relacionados con el IVA.
Y esto, sin contar con las inspecciones o paralelas abiertas a particulares, bien por la compra de vivienda (Hacienda, casi de forma sistemática corrige el precio pactado en la operación, generalmente al alza, para reclamar un impuesto mayor de transmisiones patrimoniales).
En definitiva, los tentáculos de este gran Leviatán llegan a casi todos los contribuyentes. Pero entonces, ¿qué ha hecho el novio de Ayuso?
A la luz de estos números, el análisis de la presunta irregularidad fiscal en la que habría incurrido el novio de Ayuso se incardinaría en una actividad habitual de la Agencia Tributaria, cuyas normas son lo suficientemente complicadas de entender y aplicar que hasta los propios asesores fiscales confiesan que en muchas ocasiones desconocen si han prestado un asesoramiento correcto a sus clientes.
"Un comportamiento anómalo de la Agencia Tributaria"
Pero es que en el caso concreto del novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid se observan anomalías de bulto. Al menos para un especialista como Ignacio Ruiz Jarabo, ex director general de la Agencia Tributaria y asesor fiscal. Así lo ha explicado: "La deducción de facturas falsas que habría recibido de 7 sociedades diferentes, 7. Lo que puedo afirmar y lo afirmo rotundamente, es que si esto es así, si esto es verdad, la conducta de la Agencia Tributaria se sale absolutamente de los procedimientos estándares que se siguen en estos casos. Ni en la Agencia Tributaria, cuando yo fui director general, ni en mi experiencia como asesor fiscal, la Agencia Tributaria ha actuado así en ningún supuesto."
Pero sigue: "Ante la aparición de esas 7 entidades que emiten facturas falsas, supuestamente, en lugar de realizar la macroinvestigación que llevaría varios años que se haya ido al 'corre corre' a denunciar solamente a un pretendido o supuesto comprador de esta organización de emisión de facturas falsas, es estadísticamente anómalo en la conducta de la Agencia Tributaria además de ser poco eficiente, porque pone sobreaviso al resto de componentes de la posible trama".