El Gobierno mantiene sus mensajes optimistas sobre la economía. Particularmente la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, habla incluso de resultados históricos de su departamento en lo que a reducción de la temporalidad se refiere y cobertura a los españoles en paro. Sin embargo, la realidad es bien distinta.
Un nuevo informe del sindicato independiente USO, que se ha especializado en el análisis pormenorizado de los distintos medidores estadísticos del mercado laboral, arroja conclusiones extraordinariamente negativas para el desempeño de la gestión de Díaz al frente de Trabajo.
En primer lugar, USO denuncia la extraordinaria y creciente dificultad de conseguir datos reales que reflejen realmente el estado del mercado laboral en España. "¿Por qué se sigue manteniendo una metodología que no aporta claridad y transparencia necesarias para conocer la realidad y poner los medios y remedios para mejorar el alto paro que padecemos?", se pregunta el informe.
Pero añade: "Es necesaria una mayor claridad en las estadísticas que contabilizan a los demandantes de empleo que están sin empleo (parados no ocupados) por parte de los servicios públicos de empleo. Es necesaria una mayor sencillez de manera que todos aquellos que demandan empleo y no tienen una ocupación se les considere como parados (qué cosa tan simple de hacer)", apostilla USO.
Pero es cierto. Cuando USO desprende en su análisis todo el maquillaje estadístico a las diferentes publicaciones, tanto del SEPE como de la EPA, llega a una conclusión poco compatible con la euforia: en los últimos dos años (tiempo aproximado de funcionamiento de la reforma de Yolanda Díaz), España ha visto cómo crece su número de parados reales y, además, esa categoría difusa y de muy difícil definición como es la de los fijos discontinuos en inactividad, se habría multiplicado por 4: "Un 230% más".
Si quitamos de los datos del SEPE todas las casillas en las que Trabajo va metiendo a distintos tipos de parados para sacarlo de las estadísticas, vemos que en marzo de 2024 tenemos en realidad 3.947.705 parados, frente a los 2,7 millones confesados por el Ministerio. Pero es que hace dos años, en marzo de 2022, el número total de personas en paro era de 3.905.549, frente a las 3,1 millones confesados por el Ministerio.
Es decir, que según los servicios públicos de Empleo, de 2022 hasta ahora se habrían reducido en 381.000 parados, mientras que, los datos reales hablan de que el saldo es positivo en 42.000 parados, es decir, que no es que haya menos parados, sino que hay más. 42.000 más en concreto.
Pero no sólo esto. La trampa estadística del Gobierno está circunscrita muy especialmente en lo que se ha llamado trabajadores con contratos fijos discontinuos pero que se encuentran en inactividad. Es decir, de nuevo, alguien que no tiene trabajo, quiere trabajar y no puede, y está buscando un empleo.
Un gran problema, porque averiguar cómo dar con ese dato en la estadística es tarea titánica, sin embargo en USO hacen un cálculo a partir de las personas demandantes de empleo con relación laboral. USO explica cómo en marzo de 2024, el número de demandantes de empleo con relación laboral se había incrementado en 375.108 personas hasta los 662.881. Un incremento que se corresponde con el pase a la inactividad de fijos discontinuos y una estimación, que USO considera acertada, para conocer el número de fijos discontinuos inactivos, es decir, parados, que es ver la diferencia entre el total de aquellos que tienen una relación laboral y que, sin embargo, están inscritos como demandantes de empleo y aquellos que están acogidos a un ERTE
Así, en marzo se registrarían 651.243 fijos discontinuos inactivos, lo que, comparado con marzo de 2022 (196.989) sería una incremento del 230%, es decir, multiplicar por más de 3.