La semana pasada, Institución Futuro publicó un demoledor informe titulado "Hacia un nuevo modelo sanitario en Navarra". El documento presenta un análisis en profundidad la situación de la sanidad pública en la comunidad foral y pone de manifiesto la pérdida de calidad del sistema a lo largo de un periodo en el que, lejos de reducirse el gasto y el personal, se ha dado un gran aumento en las dotaciones públicas.
El informe refleja que el departamento de Salud es el que acumula un mayor volumen de gasto dentro de los Presupuestos Generales de la Comunidad Foral de Navarra. De hecho, lejos de mantenerse estable o de reducirse en aras de una mayor eficiencia, estos dispendios se han incrementado notablemente en los últimos años, subiendo de 1.086 millones de euros presupuestados en 2019 a 1.465 en 2024.
De ser acertada la retórica de la izquierda política y mediática que asocia más gasto con mejores servicios básicos, este incremento tan pronunciado, del 34,9%, debería haber mejorado el desempeño de la sanidad. Sin embargo, el desempeño ha sido muy distinto. Por ejemplo, las listas de espera están ahora en máximos históricos y se han duplicado durante el periodo analizado.
Así, el estudio muestra que en diciembre de 2018 las listas de espera para primera consulta afectaban a 32.720 navarros, frente a los 65.667 de diciembre de 2023 - y todo a pesar de que la actividad se ha reducido, puesto que el número de consultas ha bajado de 337.495 a 302.169 durante el mismo periodo.
En la misma línea, Institución Futuro encuentra que el número de navarros en listas de espera de primera consulta sin cita asignada también se ha duplicado entre diciembre de 2019 (24.980) y diciembre de 2023 (52.640). Además, el documento recalca asimismo que "el número de quejas y reclamaciones prácticamente se han duplicado de 2019 (30.639) a 2023 (60.031)". El think tank considera que estos datos "se entienden como una clara manifestación de la insatisfacción ciudadana con el sistema".
En la medida en que el modelo sanitario funciona cada vez peor, cada vez más navarros están contratando seguros privados para ser atendidos por esa vía. El número de asegurados ha subido un 88% desde 2015, hasta llegar a 75.261 el pasado año, y el total de primas contratadas ha subido un 141%, hasta alcanzar los 70 millones de euros de facturación en 2023.
Resulta llamativo que la ministra de Sanidad, Mónica García, plantee una agenda de medidas calcada de la gestión navarra y basada en más gasto y menos colaboración público-privada, cuando la evidencia de la comunidad foral revela el verdadero fiasco que supone este tipo de planteamientos.