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Así es la furgoneta en la que se ve obligado a vivir José por culpa de su inquiokupa

Desde el verano pasado no le paga el alquiler, pero tampoco se va, por lo que este valenciano de 51 años lleva cuatro meses durmiendo en la calle.

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Después de nueve meses sin cobrar ni un euro, José no tiene dinero para alquilar otro piso y, como su ya inquiokupa no se va, tampoco puede vivir en el suyo. Según alega, ella podría vivir en casa de sus padres, que residen en el piso de arriba. Él, sin embargo, no tiene más remedio que conformarse con una furgoneta hasta que la Justicia ordene el desalojo.

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Se trata de una vieja Camper con la que este valenciano de 51 años solía ir de vacaciones. Apostada en un aparcamiento a las afueras de la ciudad, ahora ha tenido que convertirse en un hogar improvisado.

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El habitáculo cuenta con una cama abatible y una pequeña cocina, pero el espacio es tan reducido que procura pasar todo el tiempo que puede fuera. Para ducharse, recurre a un gimnasio o a su trabajo.

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Para preparar la comida, se apaña como puede en esta cocina. La ropa sucia la lleva a una lavandería. Después, procura aparcar la furgoneta en alguna zona en la que no llame mucho la atención y la cuelga fuera hasta que se seca.

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La nevera no cuenta con gran capacidad, por lo que procura hacer la compra casi a diario.

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Como el maletero es el que luego ha de convertirse en cama, apenas puede guardar nada dentro de la furgoneta.

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Cuando necesita algo, tiene que ir al trastero donde se ha visto obligado a guardar todas sus cosas.

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Allí no solo tiene su ropa, sino también todo lo que ha ido acumulando en sus 51 años de vida.

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Aunque hasta la Policía le ha recomendado llamar a Desokupa si quiere una solución rápida, José confía en que la Justicia entienda que, en estas circunstancias, el realmente vulnerable es él.

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