Continuamos analizando las averías del cohete de Sánchez, todas esas maravillas económicas que el presidente del Gobierno y su coro de ministros cantan cada semana, pero que constituyen fundamentalmente un fuego de artificio que trata de ocultar una realidad cada vez más evidente: España retrocede en materia económica y los españoles somos cada vez más pobres.
Esta semana hemos conocido los datos del paro. Los servicios públicos de empleo y la Seguridad Social han publicado los datos correspondientes al desempleo y a la afiliación a la seguridad social. Unos datos que, según el Gobierno son históricamente buenos, pero que esconden una precariedad creciente en nuestro mercado laboral y una insostenibilidad cada vez mayor de nuestro sistema asistencial con cada vez menos afiliados sosteniendo salarios públicos, pensiones y parados.
Una de las pruebas más evidentes de que el cohete que quiere vender Sánchez está averiado es que en una economía sana y que, efectivamente, va como un cohete (como pueda ser Irlanda), las empresas pujan por instalarse en ella o abrir nuevas sedes o delegaciones y aprovechar, de esta manera, ese impulso de actividad y riqueza para crecer. Sin embargo, lo que está sucediendo en España se parece en poco o en nada a ese dibujo que sí refleja la economía holandesa o irlandesa.
Esta semana la Comisión Europea ha publicado el índice de confianza empresarial, un indicador que mide el sentimiento económico o la percepción de incertidumbre de un país respecto a la seguridad jurídica o el clima de negocios. Pues bien, España se ha desplomado 3,2 puntos en el indicador de confianza empresarial, una caída que sólo se registraba antes en septiembre del 23, después de las elecciones de julio y cuando Sánchez tenía que revalidar mandato de la mano de comunistas, filoetarras y golpistas.
La confianza empresarial ha caído en tres de los cuatro sectores, salvándose únicamente el de la construcción. Pero industria, comercio minorista y servicios, temen que empeoren sus expectativas.
Y la muestra que sirve de botón a esta realidad es la falta de empresas. Desde que Sánchez llegó a la Moncloa, España tiene hoy 48.300 empresas menos que cuando llegó a la Moncloa. Y para las que se quedan y sobreviven, los problemas no son menores: una de cada cuatro pymes en España cerró 2023 con pérdidas.
¿Y cómo puede ser esto si el cohete de la economía española está despegando según Sánchez? Es posible que el hecho de que el Gobierno haya subido desde que está Sánchez en la Moncloa 69 impuestos, haya establecido impuestos específicos para banca y energía, haya incrementado los costes de contratación subiendo el SMI y las cotizaciones sociales y haya endurecido la regulación, haya sido suficiente como para disuadir a tantas empresas de continuar en nuestro país.