"España va de récord en récord. Superamos por primera vez los 21,3 millones de afiliados" celebraba ayer martes el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras la publicación de los datos del paro y de afiliación del mes de mayo.
En términos generales (y dejando a un lado la calidad de esos empleos creados) es innegable que cualquier aumento de la afiliación supone una buena noticia para la Seguridad Social. Sin embargo, en estos últimos días, también hemos conocido otras cifras relacionadas con el departamento que dirige Elma Saiz que no son nada halagüeñas y ensombrecen sobremanera el optimismo gubernamental.
Récord histórico en pensiones
Se trata del número de pensiones y el gasto que supone para el Estado costearlas. Ambas variables continuaron en mayo su escalada sin freno. En concreto, en el quinto mes del año, se tuvieron que abonar 10.150.528 pensiones contributivas, un nuevo récord histórico (las no contributivas habría que sumarlas a esta cantidad). Así, teniendo en cuenta los 21,3 millones de afiliados actuales, vemos que poco más de dos afiliados en nuestro país tienen que sostener con sus cotizaciones a una de estas pensiones contributivas, lo que refleja un claro síntoma de insostenibilidad.
Hay que tener en cuenta que estas pensiones se repartirían entre los 9,185 millones de pensionistas que hay en España, ya que muchos de ellos cobran varias pensiones al mes. El récord de pensionistas se alcanzó el pasado mes de abril (y no en mayo), con 9,187 millones.
Del total de prestaciones en el quinto mes del año, 6,5 millones correspondieron a pensiones de jubilación; 2,3 millones, a pensiones de viudedad; 953.936, a incapacidad permanente; 340.503, a orfandad, y 46.097, a pensiones favor de familiares. La edad media de los beneficiarios fue de 71,8 años.
Récord histórico en gasto
Así, la Seguridad Social destinó en mayo la cifra récord de 12.732,2 millones de euros al pago de la nómina ordinaria de las pensiones contributivas, un 6,3% más que en igual mes de 2023.
Que cada vez haya más jubilados (por el aumento de la esperanza de vida) y que los que entran en el sistema cada vez cobran más (han cotizado más) son algunos de los motivos que explican esta escalada en el gasto, pero no son los únicos.
Y es que, el Gobierno de Pedro Sánchez (con Escrivá a la cabeza) ha reformado el sistema de pensiones sin reducir en ningún momento el gasto y encomendándose sólo a subir los impuestos a los trabajadores vía cotizaciones sociales. Así, tras la subida de las pensiones con el IPC aplicada desde principios de año, la pensión media de jubilación aumentó en mayo un 4,8% interanual, hasta los 1.441,5 euros mensuales. En el Régimen General, la pensión media de jubilación ascendió a 1.601 euros mensuales.
Para intentar aumentar los ingresos la mayor partida de gasto del Estado, el Ejecutivo ha ideado, entre otras penalizaciones a la economía productiva, el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), que supone una subida de las cotizaciones sociales cada año (y cada vez mayor) a todos los trabajadores y empresas del país.
En concreto, los ingresos correspondientes a este mazazo a las cotizaciones, en vigor desde el 1 de enero de 2023, registraron en el acumulado de abril un incremento interanual del 69,3%, alcanzando los 1.148 millones de euros extra. Organismos como Fedea, la Airef y hasta la propia Comisión Europea ya han advertido que el MEI no será suficiente para equilibrar las cuentas del sistema de Seguridad Social de cara al futuro: serán necesarios recortes o más fiscalidad.