Libre Mercado ha tenido acceso a parte del informe del fiscal sobre la actuación del BBVA en el marco del caso Villarejo. Y más allá de consideraciones formales sobre la actuación el banco respecto a sus propios códigos de conducta estatutarios, destaca un señalamiento directo sobre el presidente de la entidad y el equipo directivo en ocultación de información relevante para el caso.
En el escrito de acusación, la Fiscalía dice haber encontrado una estrategia de defensa de la entidad que comenzó a dirigir Carlos Torres el 1 de enero de 2019, y que es cuando se contrata a los abogados defensores de la entidad. A partir de ese momento, dice la acusación, "se ha podido contar con la nula colaboración de la entidad que, bajo el prisma del ejercicio del derecho de defensa se ha opuesto a la práctica totalidad de diligencias que se le solicitaban así como de varios de sus empleados que, aún respecto a su trabajo ordinario antes de cualquier investigación, se han amparado en un 'supuesto' derecho a no declarar basado en la confidencialidad abogado-cliente, aún cuando, expresamente se señaló que las preguntas versarían sobre su trabajo al margen del proceso de investigación como "coadyuvantes" del despacho defensor."
Precisamente, este hecho ha provocado que no se haya podido "contar con tales declaraciones, lo cual ha impedido profundizar en muchos aspectos que, de tal forma, únicamente quedan como 'sospechosos'".
Y remata: "Si bien existe la sospecha de tal ocultamiento en el sentido de que él mismo (al igual que otros empleados) tuvieron conocimiento de la comisión de los hechos presuntamente delictivos en una fase posterior a su comisión, en la que -en principio- no existen indicios de que hubiesen participado pero que, una vez los conocieron, intervinieron en actos tratando de diseñar una presentación de los mismos ocultando e inutilizando fuentes de prueba."
No sólo eso, sino que el fiscal detectó que en el marco de esta estrategia de defensa, el propio BBVA llegó a proporcionar información a algunos organismos reguladores que no se correspondían con la realidad de los datos ni de la información de la que ya disponía el banco.
Más allá de este grave señalamiento sobre la directiva de la entidad bilbaína, el escrito de la Fiscalía detalla distintos ejemplos concretos de actuaciones a lo largo de 44 folios, que contravienen hasta 18 artículos diferentes de los propios códigos de conducta internos del BBVA. Unas conductas concretas que forman la base sobre la que se construye la acusación al BBVA de los delitos continuados de cohecho y revelación de secretos.
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