Desde hace meses, el objetivo principal de Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, es que trabajemos menos. Lo cual es paradójico, visto el cargo que ocupa. Pero la vicepresidenta segunda cree que echamos demasiadas horas en el tajo, que hay que "vivir más", que debemos disfrutar de más horas libres. De hecho, en la última Feria del Libro de Madrid posó con un ejemplar de un libro titulado "La abolición del trabajo", con el que aseguró que se sentía muy identificada.
Además, Díaz tiene modelos muy cercanos en los que fijarse. En la mayoría de los países más ricos de Europa (de Alemania a Países Bajos, de Noruega a Dinamarca) se trabajan bastantes menos horas a la semana que en España. Y eso no sólo implica que vivan peor o tengan salarios más bajos. Al contrario, en todos estos países el sueldo del empleado medio es bastante más elevado que en el nuestro. ¿Cómo lo hacen? ¿Han tenido una Díaz de ministra de Trabajo que estableció por decreto jornadas más reducidas y salarios más altos? ¿Cuál es el truco?
Esta semana, en La Pizarra de Domingo Soriano, hablamos de horas trabajadas. Nuria Richart y Domingo Soriano le explicarán a nuestra ministra que quizás el problema es que está caminando en la dirección contraria, intentando recorrer el camino desde la meta hasta el inicio. Y se está perdiendo. La lógica que siguieron todos los países ricos que ahora tienen jornadas medias más reducidas no fue la que plantea nuestro Gobierno, sino la contraria: primero, incrementaron la productividad; como resultado, subieron los salarios de los trabajadores; entonces, y sólo entonces, pudieron recortar el tiempo que pasaban en el empleo sin mermar su calidad de vida.
Por eso, nos muestran Richart y Soriano, España tiene jornadas más largas que Dinamarca o Alemania, pero mucho más cortas que Rumanía o Turquía. No es cuestión de legislación, sino de productividad y capacidad para generar riqueza. Si lo único que hubiera que hacer para trabajar menos fuera aprobar un decreto, ¿no creen ustedes que todos los países lo harían? ¿Quién quiere trabajar 40-45 horas a la semana pudiendo hacerlo 25? El problema no es ése, sino el que se deriva de la capacidad de generación de riqueza de cada uno. Si en las 25 horas no eres capaz de ser tan productivo como para lograr unos ingresos que te permitan acceder a todos los bienes y servicios que necesitas, entonces tendrás que estar 40. Y sí, entre esos bienes y servicios están también los hospitales públicos, las escuelas o las pensiones: porque eso también se paga con trabajo (a través de esa forma indirecta que son los impuestos). Si Díaz quiere que trabajemos menos tendrá que explicarnos: (i) quién pagará todo eso; o (ii) cómo logrará que seamos más productivos. ¿Magia? Bueno, quizás en la Feria del Libro haya encontrado algún ejemplar que también explique eso.