
Ursula von der Leyen volvió a ser elegida al frente del Ejecutivo de la UE con 401 de los 360 votos necesarios de los eurodiputados entre el total de 707 votos emitidos. Cosechó 284 votos en contra, 15 abstenciones y siete votos nulos.
"Estoy muy agradecida por el apoyo y la confianza de la mayoría de la Eurocámara", celebró Von der Leyen tras la votación secreta celebrada a mediodía de este jueves en rueda de prensa. La alemana pasó de superar el umbral por ocho votos en 2019 a lograrlo por 41, algo que interpretó como "un mensaje de confianza por el trabajo realizado en los últimos cinco años". En concreto, en 2019, cuando el mínimo necesario estaba en 374 eurodiputados, cosechó un aprobado muy justo con 383 votos a favor, 327 en contra y 22 abstenciones.
La jefa del Ejecutivo comunitario consiguió repetir la coalición compuesta por populares, socialistas y liberales que ya respaldó su candidatura en 2019, que juntos suman 401 escaños, además de ganar el apoyo de los verdes, que a última hora han decidido votar por Von der Leyen pese a rebajar sus reclamaciones ambientales.
"Me alegro de haber convencido a los verdes de que me apoyaran", ha subrayado Von der Leyen al tiempo que ha avanzado su intención de hacer "todo lo posible" para seguir colaborando con quienes la han apoyado, una "unión de fuerzas democráticas" que "están a favor de Ucrania y el Estado de derecho".
Minutos antes de la votación, el grupo de Conservadores y Reformistas (ECR), liderado por el partido de Giorgia Meloni, confirmó que una mayoría de sus miembros votaría en contra de Von der Leyen, aunque dejaba vía libre a aquellas delegaciones que quisiesen respaldarla. Mientras, el recién creado grupo de los Patriotas por Europa, impulsado por el primer ministro húngaro, Viktor Orbán y que integra a Vox, así como la Izquierda mantuvieron su compromiso de rechazar la reelección de la alemana al frente del Ejecutivo comunitario.
Los coches a partir de 2035
Entre las promesas de Von der Leyen en su discurso destacó su mención a la prohibición de vender vehículos que generen CO2 en 2035. La norma se mantendrá, aunque Von der Leyen reconoció que "tenemos que crear predictibilidad para inversores, fabricantes y por supuesto para los clientes. Llegar ahí requerirá un enfoque de neutralidad tecnológica en el que los combustibles creados mediante energía eléctrica tienen que desempeñar un papel". Sus palabras remiten a los denominados combustibles sintéticos o efuels, considerados neutros porque en su fabricación mediante energías renovables, agua e hidrógeno "compensaría" las emisiones que generarían después en los motores de combustión.
Aseguró que el objetivo fijado por ley para que a partir de 2035 no puedan comercializarse en la Unión Europea nuevos vehículos que emitan CO2 "se queda", pero que el futuro de los efuels se puede reforzar con una "enmienda específica al reglamento dentro de la revisión prevista".
Dejar esta puerta abierta fue un empeño en su día de Alemania e Italia. En 2026, está prevista la revisión de la legislación y sus objetivos, y también comprobar la progresión de los combustibles de este tipo, hoy por hoy con una producción muy baja y un elevado precio. Los fabricantes de vehículos consideran que por su precio y sus características sólo llegarán a ser una vía de que modelos muy concretos (como coches deportivos o clásicos) puedan seguir circulando por zonas libres de emisiones. Mientras, los fabricantes de combustibles sintéticos reclaman que los efuels y los biocombustibles avanzados, menos contaminantes, se conviertan en una vía más de "descarbonizar" el transporte.