
La crisis en la industria automotriz europea se agrava con la reciente declaración de quiebra de Recaro Automotive, uno de los fabricantes de asientos más prestigiosos del mundo. Recaro, conocida por sus asientos deportivos y sistemas de retención infantil, ha solicitado el concurso de acreedores en Alemania, comunicando su situación financiera a los 215 empleados de su fábrica en Kirchheim unter Teck.
La empresa había sido vendida a Johnson Controls en 2011, rebautizada como Adient, y luego vendida a Raven Acquisitions, una firma de capital privado estadounidense, hace cuatro años.
El fabricante de componentes deportivos BBS, conocido por sus llantas, también ha solicitado recientemente la declaración de insolvencia en el Tribunal Local de Rottweil, Alemania. Esta situación subraya las dificultades que enfrentan los fabricantes de componentes de las industria automotriza en adaptarse a la evolución del mercado automotriz, que ahora se enfoca más en la eficiencia y sostenibilidad que en la calidad.
Además, ZF, otro importante proveedor de la industria automotriz alemana, ha anunciado una reestructuración que contempla 14,000 despidos en los próximos años debido a la caída de la demanda de transmisiones, un componente que es menos necesario en la creciente producción de vehículos eléctricos. La empresa también planea cerrar algunos de sus 35 centros de trabajo, lo que refleja las tensiones en el sector automotriz europeo frente a la transición hacia tecnologías más sostenibles
Esta situación se enmarca en una crisis más amplia en la automoción europea, que ha sido golpeada por una combinación de factores como la desaceleración económica, las estrictas normativas medioambientales y la competencia creciente de fabricantes asiáticos. La quiebra de Recaro es un reflejo de los profundos cambios que está experimentando la industria automotriz global. La transición hacia vehículos eléctricos y de bajo consumo ha reducido la demanda de componentes deportivos, impactando negativamente a fabricantes como Recaro.