Según Pedro Sánchez y todo su Gobierno, el que no acepte que España va como un cohete forma parte de una fachosfera que se ha conjurado para ocultar los grandes éxitos sociales y económicos del presidente socialista. Pero, por lo visto, dentro de esa fachosfera deben estar las estadísticas, como la última publicada por la Agencia Tributaria de este mismo Gobierno, que muestra un aterrizaje forzoso de las ventas totales de las grandes empresas, que, tras una subida artificial provocada por las ayudas europeas tras el covid y el fin de la pandemia, ha llevado este indicador absolutamente demostrativo del poder adquisitivo de la nación a arrastrarse por el suelo, como puede verse en los gráficos que hoy reproduce Libertad Digital sacados directamente del servicio estadístico de Hacienda.
Lo que dice el informe oficial
"Las ventas totales de las Grandes Empresas, deflactadas y corregidas de variaciones estacionales y de calendario, se incrementaron en julio un 1% con respecto al mismo mes del año anterior", señala el informe oficial. Un 1%, con datos de inflación reales superiores al doble. "La tasa es una décima superior a la de junio gracias al crecimiento de las exportaciones, que compensa la leve moderación de las ventas interiores", reconoce el propio informe. "El crecimiento está en línea con el acumulado en el año (0,8%). Las ventas interiores aumentaron un 1,5% en julio, dos décimas por debajo de la tasa del mes precedente", añade en una descripción de movimientos muy leves y siempre por debajo del encarecimiento de los precios.
"Este menor crecimiento lo habían ya anticipado las ventas interiores diarias provenientes del sistema de Suministro Inmediato de Información (SII). El resultado es idéntico al registrado para el cómputo del año en curso". Traducido: no se trata de un parón puntual sino incluido en una tendencia confirmada, tal y como refleja a la perfección el gráfico oficial incluido en la noticia.
"Por destino, las ventas de consumo mantuvieron un buen tono (1,7%), lo que permitió contrarrestar el menor vigor de las ventas de capital (1,4%, viniendo de un 4,3%). Dentro de estas últimas, sobresale el elevado dinamismo de las ventas en construcción (13,5%) frente a la nueva caída de las ventas de equipo y software (-3,4%)". Y es que, eliminado el sector construcción —con unos niveles de escalada de precios mucho más pronunciados—, el deterioro sería aún más visible.
"Las exportaciones en julio se incrementaron un 0,4%, el primer dato positivo en cuatro meses, rompiendo puntualmente la tendencia contractiva que se venía observando en los últimos tres trimestres", añade Hacienda intentando celebrar lo que es una tónica de parón pleno.
Y es que, si las ventas totales estaban en 2023 en muy leves tasas de variación interanuales de un 1,5%, ahora lo están en el acumulado de 2024 en un 0,8%. Si las importaciones marcaban una caída reflejada en un dato de -6,7 puntos en 2023, ahora lo hacen con un dato de -3,2%. Y si las exportaciones totales en 2023 reflejaron un -0,2%, ahora, en lo que va de 2024, se sitúa en un -1,4%.
Y con eso es con lo que Sánchez habla de una economía fuerte como un roble y disparada como un cohete.