
Desde el año 2023 se produce en España un hecho insólito en toda Europa, ya que es el primer país con tres competidores (más Avlo) en el mercado ferroviario de alta velocidad. Cada uno de estos operadores tiene una estrategia muy distinta, a saber: Renfe es el operador histórico que ofrece un servicio completo, Ouigo tiene una estrategia de bajo coste, Iryo también ofrece un servicio completo y, por último, Avlo es la filial de bajo coste de Renfe.
Como era de esperar, la aparición de estas dos empresas extranjeras en el mercado nacional ha provocado un incremento radical de la competencia por "hacerse" con los clientes, algo que ha llevado al ministro Óscar Puente a criticar con dureza (en más de una ocasión) a estos operadores, acusándoles incluso de "competencia desleal" (algo que la CNMC negó). Al margen de las críticas de nuestros políticos, lo que ha conseguido este incremento de la competencia en el poco tiempo que lleva es una cosa muy importante, y es la reducción de los precios de los billetes.
Según un reciente estudio de Claudio Brenna sobre el impacto que ha tenido sobre los precios la inclusión de competencia en el mercado ferroviario de alta velocidad, los precios se habrían reducido entre un 28% y un 30% en tan sólo nueve meses, aunque esto varía en función de la ruta de la que estemos hablando, cosa que veremos más adelante. Estos resultados coinciden con los ya observados por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) que mostraron como el primer año de competencia en la ruta Madrid-Barcelona y Madrid-Valencia los precios cayeron entre un 27% y un 32%, tal como se menciona en el presente informe.
Este estudio que estamos analizando se centra en dos rutas menos congestionadas: Madrid-Alicante y Madrid-Málaga/Sevilla. El análisis se ha apoyado en una base de datos única de 171.963 observaciones recogidas de forma diaria durante todo el año 2023, a través de un rastreador web. A continuación, vamos a ver qué resultados se produjeron tanto en una ruta como en otra.
Tras nueve meses de competencia en la ruta Madrid-Alicante, Renfe redujo sus precios una media del 29%, con un rango que osciló entre el 22% y el 35%, tanto en sus billetes de primera como de segunda clase. En el caso de la ruta Madrid-Málaga/Sevilla, redujo sus precios una media del 28% en billetes de segunda clase (con un rango entre el 23% y el 33%) y del 30% en billetes de primera clase (con un rango entre el 20% y el 36%), también en tan sólo nueve meses de competencia. Otro dato interesante, es que en el tercer trimestre de 2023 el factor de ocupación de Ouigo (74,9%) estuvo muy por encima de los de Renfe (66%) e Iryo (64,9%), y su cuota de mercado (25,8%) fue casi el doble que la de Avlo (14,4%).
Estos datos deberían ser prueba más que suficiente para comprobar como la competencia le ha venido bien al sector del transporte ferroviario de alta velocidad en España, ya que en tan sólo nueve meses los precios se han abaratado en torno a un 30%. Es lo que suele suceder cuando se introduce competencia en cualquier mercado, mas aún en uno tan monopolizado como el que estamos tratando en el presente artículo.
Con esta liberalización del mercado ferroviario de alta velocidad en España no sólo se han abaratado los precios de los billetes (tanto los de primera clase como los de segunda clase), sino que se están viendo todas las costuras de Renfe. La empresa pública, que lleva dando pérdidas más de 80 años en nuestro país y costándole dinero a todos los españoles, ha podido operar durante décadas ofreciendo un servicio que siempre ha distado mucho de ser el adecuado. No obstante, esto no deja de ser lo normal cuando, por un lado, no hay competencia de ningún tipo en ese mercado por decisión del Estado (que lo impide a través de la ley), y, por otro lado, el presupuesto de Renfe no depende de lo bien o lo mal que lo haga para obtener ingresos, ya que el dinero para sufragar sus gastos e inversiones proviene del cobro de impuestos, con lo que no hay ninguna necesidad de hacer las cosas bien y de mejorar (al contrario que en el sector privado).
En definitiva, lo que ha ocurrido con el mercado ferroviario de alta velocidad en España no debería sorprender a mucha gente, ya que es la consecuencia lógica de introducir competencia en un sector en el que sólo operaba una empresa. En vista de los resultados obtenidos (en tan sólo nueve meses, recordemos), el Gobierno haría bien en extender esta liberalización a otros sectores de elevada importancia en España, como son el sector de la construcción, del transporte en general, etc, a ver si así consiguiéramos mejorar la vida del conjunto de los españoles.