Cuando no han pasado ni quince días desde que el Gobierno asaltara el Banco de España poniendo al exministro, José Luis Escrivá, como gobernador, la llegada del socialista ya está cosechando resultados positivos para el relato gubernamental.
Ayer martes, el organismo elevó en cinco décimas su previsión de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) español en 2024, hasta el 2,8%, al tiempo que mejoró en tres décimas su proyección de 2025, al 2,2, y en dos décimas la de 2026, hasta el 1,9%.
Se trata de las primeras proyecciones macroeconómicas que el organismo publica bajo el mandato de Escrivá. En el documento se destaca la "notable fortaleza de la economía española", debido al aumento de la población -vía flujos migratorios-, la relativa resiliencia de las manufacturas españolas comparadas con las de otros países del entorno y, sobre todo, la elevada aportación de la demanda exterior neta al avance del PIB. ¿Casualidad?
Tras el nombramiento de Escrivá, el Gobierno ha elegido como número dos a otra candidata directamente relacionada con el PSOE. Se trata de Soledad Núñez, la que fuera directora general de Política Económica de la Oficina Económica de Presidencia del Gobierno entre mayo de 2004 y febrero de 2005, durante el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero.
Tal es el ansia del Gobierno por colonizar esta institución, que actualmente solo queda en el consejo, como figura ligada al PP., Fernando Fernández. El desprestigio es total.
Los detalles del documento
El director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán, ha explicado que el principal factor que explica la revisión al alza de la tasa de crecimiento del producto en 2024 es el efecto arrastre positivo que resulta de los nuevos datos de la Contabilidad Nacional Trimestral publicados por el Instituto Nacional de Estadística a finales de julio.
Y es que, "el ritmo de crecimiento del PIB volvió a sorprender al alza en el segundo trimestre -un 0,8%, como en el trimestre precedente- y los indicadores coyunturales más recientes sugieren que la actividad económica seguiría manteniendo durante el tercer trimestre un considerable vigor, si bien algo menor -en torno al 0,6%- que el registrado en la primera mitad del año. Dicha tasa sería compatible con un incremento de la actividad del 2,9% en tasa interanual".
Además, las perspectivas relativas a la evolución del sector exterior en la segunda mitad del año son ahora algo más favorables que en junio. Por el contrario, el organismo estima que el alza de tipos de interés reducirá el crecimiento del PIB en 2024 en un punto porcentual.
Todo esto ha supuesto que el Banco de España haya situado su previsión de crecimiento del PIB en 2024 en el 2,8%, por encima de las estimaciones del Gobierno (2,4%) y de otros organismos como el Panel de Funcas (2,6%), el FMI (2,4%), la Comisión Europea (2,1%) o la AIReF (2,4%).
Por su parte, la revisión al alza del crecimiento previsto para 2025 y 2026 se debe a que se contemplan unos tipos de interés en el futuro más reducidos que los anticipados en junio y a una aportación de la demanda externa ligeramente por encima de la prevista anteriormente, debido tanto a un dinamismo de las exportaciones de servicios turísticos, como a un menor incremento de las importaciones.
Como factores de soporte de la actividad en los próximos trimestres destacan la relajación gradual de las condiciones de financiación, la reactivación paulatina de la economía europea y global, el crecimiento poblacional previsto, el avance de las rentas reales por la menor inflación y el mayor despliegue de los fondos 'Next Generation EU'.
Más optimismo
Respecto al mercado laboral, el Banco de España señala que la creación de empleo se prolongará a lo largo del horizonte de proyección, aunque a un ritmo inferior al de los últimos trimestres, y que bajará la tasa de paro. Así, la tasa de paro de la economía española se situará en el 11,5% en 2024 y en el 11% en 2025, para bajar al 10,7% en 2026.
En sus nuevas proyecciones, el Banco de España mantiene sus estimaciones sobre el déficit para 2024 en el 3,3% del PIB, tres décimas por encima respecto a las proyecciones del Gobierno (3%). Para 2025 y 2026, el organismo también mantiene sus perspectivas en el 3,1% y en el 3,2%, respectivamente, por lo que España no conseguiría bajar del 3% exigido por las reglas fiscales europeas en todo el horizonte de proyección.
En cuanto a las previsiones de deuda sobre el PIB, las estimaciones del Banco de España apuntan hacia una senda ascendente entre 2024 y 2026, pese a la moderación observada en los últimos años desde el pico provocado por la pandemia. En concreto, para 2024 las proyecciones son del 105,4%, mejores respecto al 105,8% anterior; del 105,4% en 2025 (inferior al 106,2% de la anterior previsión) y del 106,3% en 2026 (por debajo al 107,2% a la pasada estimación).
Los riesgos
En este documento tan optimista podemos observar algunas fuentes significativas de incertidumbre en el ámbito nacional son la evolución futura del consumo de los hogares y de la inversión empresarial, "toda vez que estos componentes de la demanda han mostrado un comportamiento más débil del esperado en los últimos trimestres y que, de cara al futuro, se anticipa una reducción paulatina de la contribución de la demanda exterior neta al crecimiento".
Finalmente, en el ámbito fiscal, las estimaciones del Banco de España apuntan a que, para cumplir con las nuevas reglas fiscales europeas, sería necesario implementar un ajuste presupuestario de en torno a 0,5 puntos porcentuales del PIB al año -durante 7 años-, aunque este programa acarrearía un menor grado de dinamismo de la actividad que el contemplado actualmente.