El precio del café no deja de subir desde hace meses rompiendo todos los récords registrados desde hace décadas. El encarecimiento de uno de los productos más consumidos a nivel global ha llegado a provocar el pánico en Italia, conocida por su profunda cultura del café y donde el consumo promedio ronda los 5,9 kilos por persona al año.
El precio indicativo compuesto del café durante el pasado mes de agosto ha alcanzado los 4,75 euros por kilo producido (238,92 centavos estadounidenses por libra), lo que supone un aumento del 54,6% en el último año, según la Organización Internacional del Café (OIC).
Además, la variedad robusta ha alcanzado su nivel más alto en los últimos 30 años, al cotizar a 4,26 euros/kilo. Hace exactamente un año su precio se situaba en 2,47 euros/kilo, lo que supone un incremento del 72,46%. Y la misma tendencia han registrado los cafés suaves colombianos y el café natural de Brasil.
A pesar del aumento de precio, su consumo no ha descendido. De hecho, según señala la OIC, la demanda de café sigue siendo alta. Y esta tendencia alcista es la que tiene sumamente preocupados a los italianos, que, en el peor de los casos, pagarán 2 euros por una taza de expreso en lugar de 1,20 euros que cuesta ahora. "Todos están bastante nerviosos, con miedo y en pánico por el precio del expreso", ha confesado Luigi Morello, presidente del Instituto Italiano del Expreso, en declaraciones a Financial Times.
Tampoco ha descendido la producción de café. Brasil, el mayor productor cafetero del mundo, exportó una cifra récord de casi 32 millones de sacos de 60 kg entre enero y agosto, lo que supone un aumento del 39% con respecto al mismo período del año anterior, según cifras de la patronal del sector. Según esta misma fuente, la facturación por las exportaciones alcanzó los 955,6 millones de dólares (unos 866,9 millones de euros), un 31% más que en agosto de 2023.
¿Por qué sube el café?
Uno de los factores que explica el aumento del precio del café es el bloqueo parcial del Canal de Suez. Según explica la OIC, "las tensiones geopolíticas en Oriente Medio siguen teniendo efectos adversos sobre la estabilidad del suministro de contenedores y sobre la plena disponibilidad de rutas de transporte marítimo". Por ese motivo, señalan, "el tráfico del mercado de café sigue desviándose del Canal de Suez y se ha dirigido hacia el Cabo de Buena Esperanza".
Los retrasos y cambios en las escalas de los barcos son los principales problemas de los exportadores, que en muchos casos tienen que soportar costes imprevistos. En agosto, según datos preliminares del Boletín Detención Cero, el 69% de los barcos sufrieron un cambio de escala o retraso en la exportación de café en los principales puertos de Brasil.
Además, hay que tener en cuenta que "el entorno económico actual limita la posibilidad de mantener grandes existencias a precios relativamente baratos y, en la actualidad, el pago de la deuda que financia las existencias no constituye un modelo de negocio competitivo", señala la OIC, lo que acaba ejerciendo una presión positiva sobre los precios a corto plazo del café.
Por otra parte, es posible que los precios sigan subiendo cuando entre en vigor la ley antideforestación de la Unión Europea. Este reglamento se aprobó en 2023 pero entrará en vigor a finales de diciembre. Queda prohibida la compra de productos que puedan causar deforestación en sus países de origen. Y todos los ganaderos y agricultores que quieran exportar sus productos a la UE deberán demostrar que no han provocado ningún tipo de devastación a través de complejos procedimientos de verificación. La norma afectará a productos básicos como la soja, la carne de vacuno, el aceite de palma, el chocolate y, obviamente, el café.
De hecho, Brasil ya ha pedido a la UE la suspensión de esta ley antideforestación porque "la complejidad de las exigencias hace inviable las exportaciones brasileñas, especialmente las de pequeños y medianos productores".