El principal lobby animalista, Eurogroup for Animals, llevaba meses reivindicando la "importancia fundamental" de crear la figura del comisario de Bienestar Animal, independiente de la Comisión de Agricultura. Y, cuando la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, les concedió su deseo, lo celebraron por todo lo alto... hasta que descubrieron quién asumirá el cargo.
Von der Leyen ha presentado al húngaro Olivér Várhelyi, hasta ahora responsable de la cartera de Vecindad y Ampliación –encargada de las solicitudes de adhesión de los países a la UE–, como nuevo comisario de Salud y Bienestar Animal. Este abogado y diplomático no tiene afiliación política formal, pero es leal y cercano al presidente húngaro Viktor Orbán.
Várhelyi tiene fama de ser "inteligente" y con "grandes conocimientos" de los asuntos de la UE, según los funcionarios húngaros entrevistados por el digital Politico. Pero, según este mismo medio, varios ex funcionarios húngaros afirman que su estilo de liderazgo es "agresivo" e incluso aseguran que sufrieron "gritos, alaridos e insultos" bajo su mando. Su estilo también se extiende a las reuniones con embajadores. Según varios diplomáticos, Várhelyi "adopta un enfoque más combativo" que sus colegas.
Así que, aunque las asociaciones animalistas estaban encantadas con la creación del nuevo comisionado de bienestar animal, algunos eurodiputados se cuestionan si Várhelyi es la mejor opción: "Queda por ver si el candidato conservador es la opción adecuada para este puesto", ha señalado la eurodiputada verde y presidenta del Intergrupo del Parlamento sobre bienestar animal, Tilly Metz.
¿Cuántos idiotas quedan todavía?
En el año 2023, un micrófono abierto del Parlamento Europeo captó a Várhelyi preguntando en voz baja: "¿Cuántos idiotas más quedan todavía?" Sucedió durante una sesión de preguntas y respuestas sobre los Balcanes Occidentales. Aquello escandalizó a varios eurodiputados, que pidieron su dimisión. Por su parte, Várhelyi se limitó a asegurar que su pregunta se sacó de contexto: "Lamento sinceramente el malentendido en torno a mi comentario".
Si finalmente es nombrado, este señor tendrá que lidiar con las exigencias animalistas para que desaparezcan las jaulas en la ganadería, el fin de la peletería, la reforma europea sobre bienestar animal o acabar con el uso de animales en la ciencia.
Jugada maestra de Von der Leyen
El nombramiento de Várhelyi está sujeto a la aprobación del Parlamento Europeo en la audiencia que tendrá lugar próximamente. Y teniendo en cuenta su tensa relación con el resto de eurodiputados, puede que Von der Leyen sepa perfectamente que está ante un riesgo calculado porque el húngaro tiene todas las papeletas para ser rechazado por el europarlamento. En ese caso, el presidente Orbán tendría que proponer a otro candidato.
La decisión de nombrar a Várhelyi también se interpreta como un gesto de desprecio de Von der Leyen hacia el propio Orbán, cercano al presidente ruso Vladimir Putin. Harta de los bloqueos para conceder ayudas a Ucrania y los retrasos a la hora de aplicar sanciones, la presidenta de la Comisión les habría concedido de forma consciente una de las comisiones de menor peso político.
De hecho, la oposición húngara ya está utilizando la situación para atacar al Gobierno: "Hasta aquí ha llegado Orbán y su partido: cero influencia, un hazmerreír. Al comisario húngaro se le asignará el puesto menos importante. Ese puesto ni siquiera existía antes, se ha creado precisamente con el objetivo de humillar a Orbán", señalaba en Facebook el diputado socialista Csaba Molnár.