En noviembre se destruyó empleo, en lo que constituye un claro deterioro del mercado laboral. Se destruye empleo con fuerza en el mes de noviembre, al perderse 30.051 empleos. El paro baja en 16.036 personas, pero dicha bajada se debe a pérdida de población activa, ya que se produce junto a una importante destrucción de empleo. Del mismo modo, el dato intermensual de afiliación a la Seguridad Social es el peor de un mes de noviembre de los últimos cinco años.
Por otra parte, en tasa interanual el paro baja en 148.813 personas, que es el cuarto peor dato interanual de un mes de noviembre de los últimos once años, con lo que la bajada no es especialmente destacable para este mes, hecho que muestra la ralentización interanual de la bajada del paro, comparando períodos homogéneos.
De nuevo, la bajada de paro interanual no se ralentiza más gracias a que donde más baja es en Andalucía, con 8.464 parados menos y a Madrid, con 4.451 parados menos. Adicionalmente, España tiene la mayor tasa de paro de la UE, con un 11,2%, y la mayor tasa de paro juvenil de la UE, con un 26,7%.
El empleo que se creó en los últimos meses no fue sólido, porque no se creó realmente, sino que se repartió y, ahora, además, se destruye.
Además, más de la mitad (un 58,27%) de los contratos indefinidos del mes son o a tiempo parcial o fijos-discontinuos. Por otra parte, cae el número de contratos en términos interanuales, y lo hace un 4,04%. El número de afiliados, como se mencionaba anteriormente, baja en 30.051 personas.
De hecho, en términos interanuales se desacelera de manera importante, siendo el tercer peor dato interanual de un mes de noviembre de los últimos diez años. Además, en noviembre gran parte del empleo interanual se mantiene gracias al incremento del empleo público, que lo hace en 97.992 personas.
Además, ese aumento de afiliación interanual se debe al impulso de Madrid, que lidera la creación de empleo, con 114.192 afiliados, y Andalucía, la segunda región en creación de empleo interanual, con 84.927 afiliados más.
Desde febrero de 2020 hay 43.652 empresas menos, 4.097 menos respecto a septiembre, último dato disponible.
Paro registrado
El paro baja en 16.036 personas, el segundo peor noviembre de los últimos cinco años. Por otra parte, en tasa interanual el paro baja en 148.813 personas, que es el cuarto peor dato interanual de un mes de noviembre de los últimos once años, con lo que la bajada no es especialmente destacable para este mes, hecho que muestra la ralentización interanual de la bajada del paro, comparando períodos homogéneos.
La bajada es similar a la de noviembre del año pasado, que también es uno de los peores noviembres de los últimos años.
De nuevo, la bajada de paro interanual no se ralentiza más gracias a que donde más baja es en Andalucía, con 8.464 parados menos y a Madrid, con 4.451 parados menos.
Adicionalmente, España tiene la mayor tasa de paro de la UE, con un 11,2%, y la mayor tasa de paro juvenil de la UE, con un 26,7%.
El empleo que se creó en los últimos meses no fue sólido, porque no se creó realmente, sino que se repartió y, ahora, además, se destruye.
Por sectores, se reduce el paro mensualmente en servicios (-8.693); industria (-2,268); construcción (-2.124); y en agricultura (-1.902). Disminuye en el grupo "sin empleo anterior", al hacerlo en 1.049 parados.
Disminuye el desempleo femenino, en 10.811 personas y el masculino baja en 5.225 personas.
El paro entre los jóvenes (menores de 25 años) baja en 3.796 personas, y sigue liderando, tristemente, la tasa de paro juvenil europea, con una tasa de paro juvenil del 26,7%, además de ser el séptimo país de la UE con más porcentaje de jóvenes que ni estudian ni trabajan.
Contratos
Además, más de la mitad (un 58,27%) de los contratos indefinidos del mes son o a tiempo parcial o fijos-discontinuos. Por otra parte, cae el número de contratos en términos interanuales, y lo hace un 4,04%.
En 2022 hubo, al menos, un artificio de más de un millón y medio de este tipo de contratos acumulado en el año, con muchos trabajadores que firman varios contratos indefinidos a lo largo del mes al haberse prohibido la contratación temporal y no optar algunas empresas por la figura del fijo-discontinuo, sino por breves contratos indefinidos. En enero, febrero y marzo de 2023, prosiguió el efecto del artificio normativo, que empezó a corregirse, por comparación estadística, en abril de 2023 y continúa, por los mismos motivos, desde entonces.
Cuando dichos contratos, antes temporales, acababan, engrosaban las listas del paro. Al pasar a fijos discontinuos, cuando cesan actividad no son considerados parados (de hecho, el incremento de los demandantes de empleo ocupados en la suma global de los últimos meses indica la merma en los datos de paro que antes se contabilizaban por este motivo y que por los propios datos que dio el ministerio en una respuesta parlamentaria a una pregunta escrita cifró en casi medio millón de parados no contabilizados) y que nunca más han vuelto a dar. La UE considera que hay casi un millón de personas (985.000) que no trabajan en España y que no están incluidas en las listas del paro.
Afiliación
El número de afiliados, como se mencionaba anteriormente, baja en 30.051 personas. Adicionalmente, el último día de mes se destruyeron 23.356 puestos de trabajo.
De hecho, en términos interanuales se desacelera de manera importante, siendo el tercer peor dato interanual de un mes de noviembre de los últimos diez años.
Además, en noviembre gran parte del empleo interanual se mantiene gracias al incremento del empleo público, que lo hace en 97.992 personas.
Además, ese aumento de afiliación interanual se debe al impulso de Madrid, que lidera la creación de empleo, con 114.192 afiliados, y Andalucía, la segunda región en creación de empleo interanual, con 84.927 afiliados más.
Desde febrero de 2020 hay 43.652 empresas menos, 4.097 menos respecto a septiembre, último dato disponible.
Sigue habiendo 11.581 trabajadores en ERTE.
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Dato final de paro registrado: 2.586.018 parados.
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Dato final de afiliación a la Seguridad Social: 21.302.463.
Por tanto, los datos son preocupantes, fruto de un agotamiento del mercado laboral que sólo se sostiene por el incremento del empleo público, no tanto del sector privado, y por reparto del empleo.