El Financial Times ha publicado un interesante artículo sobre la apertura comercial que está poniendo en práctica el presidente argentino, Javier Milei. Según el diario económico, su gobierno ha empezado a "abrir de par en par la proteccionista economía del país, reduciendo drásticamente los aranceles en un intento de reducir los elevados precios de todo tipo de productos, desde las freidoras de aire (air fryer) hasta los aparatos electrónicos".
Tras el levantamiento de las medidas correctivas aprobadas por sus antecesores en el Ejecutivo, "millones de argentinos compran por primera vez en Amazon". De igual modo, "los supermercados empiezan a surtir sus estanterías con detergente Tide o atún en lata ecuatoriano, a medida que el presidente libertario desmantela una red de aranceles y regulaciones que han hecho inasequibles un sinfín de productos importados desde el extranjero".
"Una freidora de aire (air fryer) de la marca Black & Decker se vende a 100 dólares en Estados Unidos, pero sale a 289 dólares en Argentina, según los listados de precios de los principales portales minoristas en línea. Un vestido tipo slip dress de Zara que cuesta 25 dólares en el país norteamericano se vende a 67 dólares en el país, mientras que un teléfono modelo iPhone 15 de Apple está a la venta por 799 dólares en Estados Unidos, pero cuesta 2.800 dólares en Argentina", explica el diario.
Los precios de estos bienes importados se sitúan, pues, en torno a tres veces por encima de lo observado en otros mercados de referencia. Sin embargo, a pesar de la fuerte recuperación del poder adquisitivo de los argentinos apreciada en 2024, Milei ha heredado un país arruinado en el que el salario medio es menos de la cuarta parte de los niveles alcanzados en Estados Unidos.
"Los argentinos se quejan de que los productos electrónicos, la ropa y otros bienes de producción nacional, cuyos fabricantes están protegidos de la competencia, también están sobrevalorados. Éstos fabricantes replican, eso sí, que enfrentan una gran carga fiscal", explica el Financial Times. De momento, Milei se ha puesto manos a la obra en ambos frentes: "ha reducido drásticamente los aranceles de docenas de productos", "ha eliminado la burocracia de la agencia de aduanas argentina", "ha triplicado los límites del cepo cambiario hasta los 3.000 dólares por cabeza", "ha eliminado el impuesto general del 7,5% sobre todos los bienes importados y el del 30% aplicado a las compras con tarjeta realizadas por los argentinos en el extranjero"…
La vieja teoría proteccionista de la "sustitución de importaciones" se ha venido abajo en el país del Cono Sur, donde Milei recalca que "se están bajando todos los aranceles que apuntalan un desastroso esquema de sustitución de importaciones que ha castigado a toda la sociedad con bienes y servicios de peor calidad, a mayor precio. En algunos casos, esto ha ido en beneficio de unos pocos privilegiados". Un discurso librecambista "que coloca a Argentina en dirección opuesta a la que han venido explorando Estados Unidos o Europa, donde se están levantando nuevas barreras comerciales". Milei se puede ver limitado por la pertenencia de Argentina a MERCOSUR, que exige un arancel general del 20% y solamente permite un número limitado de exenciones, razón por la cual el presidente liberal se ha referido a dicho acuerdo como una "prisión".
El shock exigirá un ajuste a la industria. En 2024, la actividad manufacturera "se contrajo un 12,7%, en comparación con el mismo periodo de 2023", según la cabecera británica. "Tienen que eliminarnos también los impuestos con los que lidiamos internamente para que estemos en igualdad de condiciones", apuntan algunos productores entrevistados por el FT. Desde el gobierno de Milei han replicado que el país ya está reduciendo aceleradamente el impuesto oculto de la inflación y que próximamente eliminará 9 de cada 10 gravámenes aplicados a nivel federal. Asimismo, el Ejecutivo liberal ha recordado que parte importante de la carga fiscal en vigor depende de gobiernos provinciales y locales.