
Una de las batallas que la izquierda española ha asumido como propia desde hace tiempo es la de la lucha contra las herencias y las donaciones, ya que supuestamente estas contribuyen enormemente al aumento de la desigualdad entre ciudadanos. En este sentido, hemos podido escuchar estos días a Pedro Sánchez hablar sobre el tema de la vivienda, el cual parece haber enfocado en una especie de división entre aquellos que heredan una vivienda y los que no, algo que Beatriz García ha contado aquí.
Las palabras del presidente del Gobierno hay que enmarcarlas dentro del contexto de un Partido Socialista que está abiertamente en contra de, por ejemplo, bonificar el Impuesto de Sucesiones, la razón de la guerra sin cuartel que mantienen con la Comunidad de Madrid desde hace tiempo por esto mismo.
No obstante, lo que no acaban de explicar desde la izquierda es por qué las herencias contribuirían a aumentar la desigualdad entre personas, ya sea desigualdad de oportunidades o de riqueza. Sin embargo, en este artículo vamos a mostrar como no es verdad que las herencias contribuyan a incrementar esta desigualdad de riqueza.
La clave: los ingresos laborales
De acuerdo con el paper "The (Un)Importance of Inheritance", de los economistas Sandra E. Black, Paul J. Devereux, Fanny Landaud y Kjell G. Salvanes, los regalos y las herencias sólo representan una pequeña parte de los ingresos totales que recibe un individuo a lo largo de su vida, sugiriendo en su trabajo que los impuestos sobre sucesiones pueden contribuir poco a mitigar la desigualdad de riqueza en la sociedad. Las mayores diferencias de riqueza no vendrían explicadas por las herencias, sino por los ingresos laborales.
Este trabajo, que cuenta con datos administrativos recopilados durante 19 años sobre la población de Noruega, muestra como las herencias y regalos tienen muy poco peso sobre todos los ingresos que reciben los individuos, ya que además estas herencias se reciben en su mayoría cuando las personas están cerca de cumplir los 50 años. En el siguiente gráfico vamos a ver el poco impacto que tiene el cobro de una herencia sobre los ingresos totales de los noruegos:

Al observar la media, encontramos que tanto los regalos como las herencias representan, en promedio, menos del 5% de los ingresos totales en todas las edades, con lo que no serían una fuente significativa de recursos a lo largo de la vida para la mayoría de las personas. Algo en lo que también hace hincapié el trabajo, es que estas herencias tienen muy poco impacto incluso en personas que lo reciben entre los 20 y los 40 años (el momento común de formar una familia), representando en torno al 3% de los ingresos totales de media durante esos años. Otro aspecto interesante es que este informe puede ser extrapolable a otros muchos países, como así aseguran los autores.
Por otro lado, si bien hemos dicho que ni las herencias ni las donaciones tendrían un peso relevante en el total de ingresos recibidos por cada individuo, no sería de igual manera para aquellos herederos cuyos padres estuvieran en el 1% o 0,01% más rico del país, como también se puede observar en la imagen de más arriba. Algo también lógico, pues estos herederos suelen recibir sus herencias a edades mucho más tempranas que el resto de las personas.
En resumen, según este artículo las herencias no vendrían a significar ningún tipo de aumento de la desigualdad de riqueza y, por tanto, convierte en ineficaz cualquier impuesto destinado a combatir las herencias. De manera que sólo sirve para aumentar la recaudación del Estado a costa de exprimir aún más a quienes han ahorrado y conservado su patrimonio a lo largo de su vida, y también a quienes desean recibir su herencia.